Panamá y Chile también destacan por sus buenos logros financieros, aunque con tasas algo más altas, de 3.3% y 3.4%, respectivamente.
En realidad, lo reseñado solo es un complemento del artículo La Argentina es el único país de América Latina que sigue sin poder acceder al mercado para financiar los planes sociales contra la crisis.
En este la publicación hace referencia a la facilidad con que los países de la región están accediendo al crédito internacional, aprovechando la abundancia de liquidez existente en la actualidad y cosechando "el beneficio de haber hecho las cosas bien por mucho tiempo”. “Los países emergentes están capturando rápidamente la mejora en las condiciones financieras internacionales”, dice.
Paralelamente, lamenta que Argentina no pueda hacerlo, justo cuando más lo necesita, o tenga que hacerlo en condiciones muy onerosas.
A tal efecto, señala cosas como: “Con una tasa del 16% o 17%, el (bono) soberano lamentablemente ve desde afuera el mundo de tasa cero y dólar débil, donde Brasil coloca al 3% y la deuda basura de Estados Unidos está al 3.4%”,“La Argentina puede capitalizar muy poco en este mundo hiperlíquido en el que los países vecinos colocan entre el 2 y el 4 por ciento”, "No tenemos un mercado de capitales ni tenemos crédito del exterior, así que cualquier nivel de déficit lo tenemos que financiar con emisión en un momento en que la inflación viene acelerando” y "Algunos países pueden aprovechar la liquidez global mientras otros (como Argentina) se inmolan en la autarquía financiera”.
Todo lo anterior es una prueba contundente de que el país austral requiere con urgencia un cambio radical de su modelo económico, para desechar por completo aquel que, no solo recientemente sino desde hace muchas décadas, lo está conduciendo a un interminable declive, reflejado en un agravamiento de sus indicadores, no únicamente los de deuda, sino también los de inflación, estabilidad monetaria, crecimiento y muchos más.
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