Corrigiendo Errores: EEUU con Biden

Habiéndose producido el cambio de mando en Estados Unidos, se espera que el nuevo presidente, Joe Biden, desarrolle una política que beneficie a ese país, pero que a la vez contribuya a que el mundo enfrente mejor los diversos problemas que lo aquejan.

Biden ya ha dado señales positivas en tal sentido, algunas de las cuales simplemente consisten en revertir o dejar sin efecto muy cuestionables medidas de su antecesor Donald Trump.

Una de esas nuevas medidas es haber decidido reincorporar a su país al acuerdo de París sobre el cambio climático, que busca disminuir las emisiones que producen el calentamiento global. Con la primera potencia económica respaldándolo, sin duda se facilita el cumplimiento de las metas, y por ende el futuro del planeta se torna más alentador.

Otra es su determinación de combatir de una manera mucho más enfática la pandemia, resaltando su gravedad y tomando medidas para que la población y las empresas enfrenten mejor sus duras consecuencias. A tal efecto, ha establecido cuarentenas obligatorias para viajeros, y está exigiendo el uso de mascarillas, apoyando la mayor producción de respiradores, mascarillas y otros equipos, poniendo énfasis en la vacunación, y buscando que el Congreso le apruebe un plan por US$ 1.9 billones para apoyar a las personas y negocios (mediante cheques para las familias, fondos para reabrir escuelas, dinero para agilizar pruebas y vacunas, liquidez para pequeñas empresas y más ayuda alimentaria). En el mismo tema, ha decidido mantener a su país en la OMS, comprendiendo que en este crítico momento todo el mundo debe trabajar de manera conjunta para derrotar al virus.

Otra decisión de su flamante mandato es reforzar lazos con sus aliados y socios (como ya lo resaltó elogiosamente la canciller alemana), a la vez que seguir siendo firme con países como Rusia y China, en los asuntos donde hay discrepancias por resolver (por ejemplo el tratado de armas nucleares con el primero y las divergencias en materia comercial y empresarial con el segundo). 

Otra señal del cambio es la decisión de modificar la política migratoria, para facilitar, con plazos y condiciones, la naturalización de los más de diez millones de inmigrantes irregulares allí existentes. Las decisiones de anular un decreto que prohibía el ingreso de ciudadanos de países predominantemente musulmanes y suspender la construcción del muro en la frontera con México son claras muestras al respecto.