A diferencia de lo ocurrido el año pasado e inicios del actual, en que la mayoría de las siete mayores economías de América Latina estuvieron reduciendo sus tasas para luchar contra la fuerte recesión provocada por la pandemia, en los últimos meses estos las han mantenido estables, de la mano de la reactivación que se viene observando.
La única excepción la está constituyendo Brasil, que viene elevando sostenidamente la suya. Es que la tasa anual de inflación acaba de sobrepasar en mayo el preocupante nivel de 8%, obligando a su banco central a aumentar nuevamente su tasa de referencia, ahora a 4.25%.
Los demás países no la han modificado. El dolarizado Ecuador continúa con la menor de todas, acorde con su condición de país con la mayor estabilidad de precios. El Perú y Chile, por su parte, registran tasas mínimas, que resultan negativas en términos reales, y además expansivas en lo que atañe a su influencia en la actividad económica.
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