Muestra de ello son sus dos muelles, ambos de espigón, que tras haber sido ampliados o reconstruidos hoy registran una importante actividad.
En virtud de ese proceso de mejora, su muelle 2 (el del lado derecho) fue totalmente reconstruido (desde sus pilotes). Y su muelle 1 (el del lado izquierdo, que es el más grande) fue alargado y ensanchado.
Además, allí se instaló dos modernas grúas móviles, grandes tolvas y un moderno sistema hidráulico de amarre, que al permitir la carga y descarga inclusive con un mar no demasiado tranquilo hace posible la atención muchos más días al año.
Asimismo, el puerto construyó grandes patios y almacenes, y numerosos silos de concreto, para almacenar miles de toneladas de granos.
Es decir, el terminal liberteño dio en todos los aspectos un salto cualitativo, que en los próximos años se hará mucho más visible cuando construya, horadando el terreno disponible a su lado sur, una dársena con un largo muelle marginal para buques portacontenedores.
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