Tal como constatamos aquí hace poco más de un mes, el año 2013 resultó bastante negativo para la mayoría de las principales bolsas de valores latinoamericanas. Hoy comprobaremos, gracias a datos de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB), que eso también ocurrió con sus correspondientes capitalizaciones bursátiles.
Como se sabe, la capitalización bursátil representa el valor conjunto de todas las empresas que cotizan en una bolsa, teniendo en cuenta la cotización de sus acciones a determinada fecha. Los datos que presentamos aquí, y que están expresados en dólares, no se refieren a la capitalización total, sino a la doméstica, que considera únicamente las acciones emitidas en el país, y por lo tanto refleja la real dimensión del mercado nacional. La relación Capitalización Doméstica/PBI, denominada Profundidad Bursátil, muestra la importancia alcanzada por el mercado de valores dentro de la economía, siendo la consigna elevarla todo lo que se pueda.
El negativo desempeño de los principales mercados de la región se debió a diversos factores, entre ellos la caída de precios de los minerales y otros commodities, la disminución de los flujos de capital de corto plazo ante la inminencia del ajuste monetario de Estados Unidos, y la propia desaceleración de nuestras economías.
Sólo escaparon a esta situación los mercados más pequeños, que, al estar mucho menos globalizados, tienen una dinámica y unas relaciones causa-efecto diferentes. Es lo mismo que ocurre con Argentina, cuya bolsa registra desde hace ya un buen tiempo un comportamiento muy distinto al de sus pares de la región, debido al alejamiento del país de los mercados internacionales de capital.
Yendo a los números, podemos ver que la bolsa de Sao Paulo se mantiene, cómodamente y pese a su significativo retroceso de casi 17%, como la mayor de la región, con una capitalización que casi duplicó a la de la segunda, de México, no obstante el leve avance de ésta. Tal como el año 2012, la cifra del mercado paulista se vio afectada por el débil desempeño de la economía del país, así como por la depreciación (de aproximadamente 10%) del real frente al dólar. Dado que el producto bruto interno brasileño bordea los US$ 2.3 billones, eso implica una profundidad bursátil de más o menos 43%, bastante menor que la del año anterior (casi 50%).
El dato mexicano, por su parte, refleja el débil crecimiento de su economía, pero también la fortaleza financiera del país (que hace pocos días vio mejorar su calificación crediticia) y el buen desempeño de su moneda, que se revalorizó aproximadamente 3% frente al dólar.
La plaza de Santiago fue otra de las que disminuyeron fuertemente, afectada por la caída de cotizaciones en los sectores construcción/inmobiliario, industrial y commodities. Pese a ello, consolidó su ya tradicional tercer lugar, en razón de la severa caída (de 22.67%) de su inmediata seguidora, la bolsa de Colombia.
Sobre la bolsa sureña, es importante recordar que registra la más alta profundidad de América Latina, pues ésta alcanza el 93%, resultante de comparar su capitalización (de US$ 265 mil millones) con su PBI (de aproximadamente US$ 285 mil millones).
Nuestra bolsa también tuvo un mal año, con un retroceso en su capitalización de 21.09%, motivado especialmente por el descenso de su sector minero, el de mayor ponderación en su índice general. No obstante ello, sigue firme en su quinta ubicación, superando a las de Caracas y Buenos Aires.
Teniendo en cuenta que al cierre del 2013 el PBI peruano ya habría bordeado los US$ 215 mil millones, la profundidad bursátil de nuestro país se habría situado alrededor del 38%, porcentaje muy inferior al 51% del 2012 y mucho más aún al 67% alcanzado al cierre del 2010.
La bolsa de Caracas, por su parte, registró un nuevo año de vertiginoso crecimiento (181.75%), que le permitió llevar su capitalización doméstica de los escuálidos US$ 3,991 millones de fines del 2010 a los expectantes US$ 71 mil millones actuales, con los cuales ya superó a la de Buenos Aires. Cabe señalar, sin embargo, que dicho dato responde más a la especulación que a fundamentos de la economía o las empresas, y al notable retraso cambiario, que infla la cifra en dólares. Además, se debe tener en cuenta la escasa liquidez (pues allí cotizan muy escasas empresas y los montos negociados en acciones son muy bajos), lo que provoca que unas pocas operaciones muevan considerablemente las cotizaciones, haciendo altamente riesgoso el mercado.
Contrariamente a lo acontecido el año 2012, la bolsa de Buenos Aires fue en el 2013 una de las que más avanzaron en la región, debido, entre otras cosas, a un fuerte crecimiento de la economía y algunos gestos positivos emitidos por el gobierno en materia de pago de deuda, y a su aparente voluntad de enmendar errores en cuanto a finanzas públicas, control de gasto y retraso cambiario.
De las bolsas más pequeñas, la de Panamá fue la más destacada en cuanto al dato aquí referido, que superó los US$ 13 mil millones. La capitalización de la plaza de El Salvador, que había venido incrementándose vertiginosamente, esta vez se mantuvo sin mayor variación, en tanto que la de la bolsa más pequeña, de Costa Rica, creció casi 30%.
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