Gracias a las APP se le abre las puertas al sector privado nacional y extranjero, para que con sus abundantes recursos construya todo lo requerido y luego lo operen, a cambio de la rentabilidad que les corresponderá por haber creado un activo que beneficiará a millones de pobladores, de múltiples sectores y lugares del territorio nacional.
En nuestro país ya hemos visto numerosos ejemplos de APP, que han permitido construir en corto tiempo infraestructura que hubiera sido impensable si se hubiera continuado dependiendo, como hasta hace varias décadas atrás, de los escasos recursos públicos. Por eso hemos presenciado, y lo seguimos haciendo, la masiva ejecución de obras como las mencionadas en el video: líneas de metro, carreteras, puertos, aeropuertos, plantas de tratamiento de agua, líneas de transmisión, hospitales, y muchas más. Casi totalmente con capital privado, sin que el Estado se vea obligado a debilitar sus finanzas públicas. Por eso nuestro país, pese a estar construyendo bien, no incurre en déficits fiscales ni en deudas que afecten su presente ni su futuro.
Ese valioso esquema de trabajo debe continuar, no solo al interesante ritmo actual, sino cada vez con mayor intensidad, con la convicción de que significa acelerar nuestro proceso de desarrollo y de incremento del bienestar de nuestra población.
Es gratificante, al respecto, la decisión gubernamental de consolidarlo, y de otorgarle mayor protagonismo a Proinversión para que se convierta, como la entidad especializada que es, en la abanderada del mismo.





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