jueves, 30 de mayo de 2013

El Perú en el Mundo: Exportación de Prendas de Vestir 2011

La industria de prendas de vestir es una actividad fundamental en muchos países, no sólo por la importancia de los bienes que produce, sino por los grandes beneficios que origina en la economía, al constituir una inmejorable fuente de ingresos y empleo.

Y, como veremos a continuación, no es una actividad exclusiva de países en desarrollo que aún no incursionan en industrias tecnológicamente más avanzadas, o de países densamente poblados, poseedores de abundante mano de obra barata. También continúa plenamente vigente en países de alto nivel de desarrollo, de industrias muy sofisticadas y costos laborales nada bajos.

Así lo dejan ver los siguientes datos, proporcionados por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Éstos nos muestran a los principales exportadores mundiales de prendas de vestir en el año 2011.

Como se puede observar, China continúa siendo, por amplia ventaja, el país más destacado en la materia. En el 2011 incrementó en 18% sus exportaciones, que ya se acercan a los S$ 154 mil millones. No es necesario abundar acerca de la capacidad productiva de este gigante asiático, pues ésta es bien conocida por los productores de todos los países, que se ven obligados a efectuar grandes esfuerzos para competir contra su inmensa producción de bajo costo.

A China le siguen Hong Kong (que también forma parte de su territorio, y que exportó poco más de US$ 24 mil millones), Italia, Bangladesh y Alemania.

La populosa India escaló una ubicación y ahora se sitúa en el sexto lugar, con algo más de US$ 14 mil millones. Las europeas Francia y España se ubican novena y décima, y la primera potencia mundial, Estados Unidos, en el décimo quinto puesto.

México, situado un casillero más atrás, es la primera potencia confeccionista latinoamericana, con exportaciones ascendentes a US$ 4,638 millones, 6% superiores a las del año previo. El país azteca vende su producción principalmente a su gigantesco vecino Estados Unidos, tal como también lo hacen otros dos países latinoamericanos que destacan en este ranking: Honduras (puesto 24), Panamá (30) y El Salvador (33).

El Perú logró escalar cuatro posiciones respecto del año 2010, ubicándose en el puesto 36 del mundo. Con ello, también se convirtió en el quinto principal exportador latinoamericano, al superar a Guatemala.
En el 2011 nuestro país exportó US$ 1,525 millones, con un considerable incremento de 28% respecto del año anterior. Y en el 2012 acaba de ampliar nuevamente su monto, hasta un total de US$ 1,625 millones, ya muy cercano a su record del año 2008 (US$ 1,652 millones). Los principales productos peruanos son los t-shirts y las camisas y blusas de punto, todas ellas de algodón.

El potencial de nuestro país para seguir prosperando en el negocio es muy alto, teniendo en cuenta, por ejemplo, la gran calidad de los textiles con los cuales elabora sus prendas, y los numerosos tratados de libre comercio que ya tiene suscritos, entre ellos con Estados Unidos, la Unión Europea, China y Japón, enormes países o bloques capaces de demandar grandes volúmenes de los t-shirts y otros productos nacionales. Si bien en los últimos años dichos mercados han atravesado una difícil situación económica, que se tradujo en una débil demanda, en lo sucesivo podrían dar lugar, a partir de su plena recuperación, a un gran momento en este rubro industrial nuestro. Similar efecto podría producir la consolidación, como compradores, de varios importantes países latinoamericanos, como Brasil y Venezuela, que ya adquieren significativos volúmenes de muestras confecciones.

En el Perú, este rubro industrial prospera de la mano de numerosísimos productores de todo tamaño, tanto del ámbito textil como del propiamente confeccionista. Las miles de pequeñas y microempresas que se articulan en la cadena de producción y comercialización proporcionan decenas de miles de puestos de trabajo.

Por ser una actividad en la que el Perú tiene ventajas comparativas y competitivas, y por tener en la economía ese muy favorable efecto que acabamos de describir, es necesario seguir impulsando esta importante industria, cuyas exportaciones representan al año 2012 el 14.7% de las exportaciones no tradicionales y el 3.6% de las ventas externas totales.

Perú: Evolución del PBI Real 1950-2012

Aprovechando la información recientemente publicada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática y el Banco Central de Reserva, hoy actualizaremos un interesante gráfico que publicamos hace varios años, referido a la evolución del producto bruto interno (PBI) real desde mediados del siglo pasado. El período considerado en esta ocasión es el que va desde el año 1950 hasta el 2012.

Por estar expresados en soles del año 1994 (es decir, soles con una capacidad adquisitiva constante), los datos permiten apreciar cómo evolucionó, en términos reales, el valor de lo producido por nuestro país. Por la misma razón, no pueden ser comparados con datos expresados en soles corrientes (los cuales están afectados por el fenómeno inflacionario) ni con los expresados en dólares corrientes (pues éstos, además del efecto precio, son afectados por la volatilidad del tipo de cambio).

Esa forma de presentar la información hace posible ver, por ejemplo, que el tamaño de la economía peruana se incrementó 4.2 veces (91250/21929) entre 1950 y 1985, disminuyó 10.1% (82032/91250) entre 1985 y 1990, y aumentó 2.7 veces (224624/82032) entre 1990 y el 2011. En los 62 años considerados, creció 10.9 veces, pasando de 21,929 a 238,790 millones de soles de 1994. Y si se echa una mirada al gráfico de abajo, que emplea la misma metodología de datos, se puede ver que en el año 2012 la economía peruana es nada menos que 33 veces más grande que en 1922.

La referencia que hacemos (con foto incluida) acerca de los presidentes que se sucedieron en el gobierno a lo largo de este extenso período permite determinar con facilidad quiénes de ellos propiciaron con sus políticas el avance económico de nuestro país y quiénes originaron graves retrocesos.

Los datos son oficiales hasta el año 2012. Para los años 2013 a 2016 (año en que finalizará el mandato del actual presidente) hemos empleado cifras estimadas por el Ministerio de Economía y Finanzas, que prevé un crecimiento anual de 6%.

Se puede ver claramente que los años entre 1950 y 1975 fueron, salvo escasas excepciones, de crecimiento sostenido. Durante las primeras décadas de tal período el país sacó provecho del auge de los precios de nuestros principales productos de exportación (debido a la turbulencia internacional generada por la guerra de Corea). Con esos abundantes ingresos, el Estado llevó a cabo una importante labor de construcción de infraestructura, que ayudó a impulsar la economía. Sin embargo, el protagonismo no dejó de estar en manos privadas, pues el Estado no intervenía mayormente en la actividad productiva.

Pero la situación fue variando gradualmente, y a fines de los años 60 e inicios de los 70 dio un giro radical, con el acceso al poder de la dictadura de Velasco, quien llevó a cabo las nefastas reformas que desencadenarían la catástrofe de los años siguientes. Con ellas, el Estado adquirió un papel protagónico en la producción, e impuso una serie de medidas contrarias a la libertad económica, como controles de precios, exorbitantes tasas arancelarias, cierre del mercado a las importaciones, trato discriminatorio contra la inversión extranjera, etc. A eso se añadió un desmedido gasto fiscal, tanto en el Gobierno Central como en las empresas públicas. El resultado de ello fue el descalabro económico, que se hizo manifiesto a partir de 1975.

Desde entonces, el Perú ingresó a una sombría etapa de terrible debilidad económica. A la creciente inflación se sumó un nivel cada vez mayor de estancamiento de la actividad productiva, que derivó en el incremento del desempleo y la sostenida caída de los salarios.

Los muy mediocres gobiernos que siguieron, de Morales Bermúdez, Belaúnde y García, lejos de desmantelar la irracional estructura productiva montada por Velasco (que era la que había desequilibrado por completo la economía), intentaron administrarla, con medidas timoratas y nulos resultados. Por si fuera poco, el primer gobierno de Alan García añadió al grave panorama existente una política económica totalmente populista e irresponsable, que terminó de hundir la actividad productiva. Al final de su mandato, en 1990, el PBI había retrocedido 10.1%, por debajo del nivel alcanzado en 1975. Mientras tanto, en esos quince años, la población creció 43%, llevando a que el PBI per capita resultara golpeado mucho más dramáticamente que el PBI total, como veremos en el cuadro que presentaremos dentro de algunos días.

La economía peruana es hoy 33 veces más grande que en 1922.

Afortunadamente, en los años 90 se llevó a cabo un cambio radical de la estructura económica nacional, pues se desmontó prácticamente todo el esquema velasquista y se reorientó el país hacia un modelo de libre mercado. Los resultados de ese viraje económico fueron muy rápidos e incuestionables. Con la apertura y liberalización, las inversiones nacionales y extranjeras no tardaron en hacerse presentes, propiciando un sostenido y elevado crecimiento del PBI.

Dicha política económica, iniciada durante el gobierno de Fujimori, no ha sido abandonada hasta hoy, pues tanto Toledo, como García y Humala, la han mantenido o perfeccionado a través de medidas o reformas importantes y necesarias, como la eliminación del absurdo régimen de Cédula Viva, la suscripción de numerosos tratados de libre comercio, políticas de mayor inclusión social, etc.

lunes, 27 de mayo de 2013

IED continuó en Excelente Nivel

Pese a las indefiniciones y ambigüedad del gobierno en las semanas y meses anteriores, y a desafortunadas propuestas (como la de estatizar Repsol del Perú), que provocaron honda preocupación acerca del camino que seguiría el país en materia económica, afortunadamente la inversión extranjera directa (IED) no se ha detenido, y sigue fluyendo masivamente.

Así lo acaba de revelar el Banco Central de Reserva (BCR) en su más reciente Nota Semanal. Según la referida entidad, la IED en el primer trimestre del presente año llegó a la considerable cantidad de US$ 4,126 millones, la segunda más alta para un período trimestral, y sólo inferior a la del ultimo trimestre del año anterior.

Del referido total, US$ 1,670 millones correspondieron a reinversión (utilidades que en lugar de ser llevadas fuera se emplean para seguir ampliando la capacidad productiva), US$ 1,709 millones a préstamos netos con la matriz y US$ 747 millones a aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que ingresa al país).

De acuerdo a lo señalado, el stock (total acumulado) de IED llegado al Perú alcanza los US$ 67,574 millones, cifra que representa el 33.1% del producto bruto interno (según el cálculo efectuado por el BCR).

La noticia es muy buena, teniendo en cuenta que la IED es un recurso que ingresa al país no para fines especulativos de corto plazo, sino para quedarse durante plazos largos, incrementando la capacidad productiva interna y el empleo

Y la explicación para que ello ocurra es el adecuado marco macroeconómico vigente desde hace ya un par de décadas, así como la claridad de las reglas de juego y el trato respetuoso y no discriminatorio para con las inversiones. Dado que ese ambiente se mantendrá, pues (como veremos en otra nota) el gobierno ha decidido apostar más enfáticamente por ellas, se espera que el virtuoso proceso descrito continúe.

Los grandes proyectos en preparación o ya en construcción así lo aseguran. Ejemplos de ellos son las minas de Toromocho y Las Bambas, el Gasoducto Andino del Sur, tres petroquímicas (dos convencionales en Pisco y Marcona y una de etano en Ilo), el gran Muelle Norte Multipropósito en el Callao, el muelle para contenedores de Paita, la segunda pista y la nueva terminal del aeropuerto Jorge Chávez, la flota de trenes para el metro de Lima (tanto para la ya operativa Línea 1 como para la inminente y subterránea Línea 2), la Vía Parque Rímac (que ya ingresa a su etapa más intensa y visible de trabajos), nuevas centrales y líneas de transmisión eléctricas, ampliación de redes telefónicas, de cable e Internet, etc. A ellos se añaden muy importantes inversiones en las áreas inmobiliaria, industrial, agraria, comercial, etc.

Todo lo reseñado, y lo que sin duda está por venir, hace prever cifras que probablemente en un plazo bastante corto dejarán muy atrás las que hoy nos impresionan.

viernes, 24 de mayo de 2013

PBI Peruano en Dólares: Datos al Primer Trimestre 2013

Tanto el Banco Central de Reserva (BCR) como el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) acaban de publicar sus datos acerca del producto bruto interno (PBI) corriente en el primer trimestre del 2013. El BCR lo hizo en dólares, en su Nota Semanal, y el INEI en soles, en su más reciente Informe Técnico. Con ello, las cifras correspondientes a los cuatro últimos trimestres son las siguientes:

Debemos precisar que el dato en dólares del BCR es el directamente publicado por esta entidad, en tanto que el del INEI ha sido obtenido por nosotros aplicando a su dato en soles corrientes el tipo de cambio promedio del período que emplea el BCR para calcular el PBI.

Como ya vimos anteriormente, ambos números difieren. Mientras que el BCR afirma que a lo largo de los cuatro períodos el PBI ha llegado a US$ 204,099 millones, el INEI señala que más bien ha llegado a un monto en soles que (según nuestros cálculos) equivaldría a US$ 209,171 millones.

Si bien esta última es la entidad oficialmente encargada de presentar la información del producto, la que consigna el banco central también es digna de tomarse en cuenta, porque a partir de ella éste calcula los diversos ratios (de deuda externa, balanza en cuenta corriente, inversión extranjera, demanda interna, inversión bruta, consumo, etc) mediante los cuales se analiza la situación económica nacional.

El crecimiento de aproximadamente 9.7% en el PBI nominal en dólares en el primer trimestre del 2013 frente a similar período del 2012 se debió especialmente al crecimiento real de 4.8% en el producto y a la disminución, en un apreciable 4%, del tipo de cambio. Los precios implícitos del PBI, en cambio, influyeron mucho menos (los precios al consumidor, referencia aproximada de los precios internos, aumentaron sólo 2.6%, en tanto que los términos de intercambio, referencia de los precios externos, cayeron 0.6%).

Teniendo en cuenta que la población nacional del período considerado es de aproximadamente 30.2 millones, el dato del BCR implicaría un PBI por habitante de alrededor de US$ 6,760, en tanto que el del INEI uno cercano a US$ 6,930.
Dado que en el presente año el crecimiento real sería de aproximadamente 6%, que la inflación interna se mantendría dentro del rango anual previsto de entre 1 y 3% (con unos términos de intercambio que mostrarían estabilidad o inclusive mejoría), y que el tipo de cambio podría dejar de caer como lo vino haciendo (debido a una política algo más dinámica en este rubro), parece altamente probable que el PBI nominal en dólares siga creciendo de manera consistente. Ello podría llevar a que el dato per capita supere con relativa facilidad los US$ 7 mil.

domingo, 19 de mayo de 2013

Construyendo las Bases del Puente Chilina

El puente Chilina, llamado a ser uno de los de mayores dimensiones de nuestro país, se halla en construcción desde inicios del presente año en la sureña y muy progresista ciudad de Arequipa.

De los puentes más largos del país, el Chilina será el de más carriles.

Si bien por ahora el avance no es demasiado visible para quienes circulan por la zona (pues se concentra en la compleja tarea de la cimentación), ya sobrepasa el 5%, tal como lo certifica el video adjunto, publicado hace un poco más de dos semanas. Actualmente se trabaja en la perforación de 131 grandes hoyos, los cuales, tras ser rellenados con armazones de acero y concreto, se convertirán en los pilotes sobre los cuales se anclará las recias zapatas o cimientos, que sostendrán las enormes columnas, de 30 metros de altura.



La impresionante estructura, cuyos diseño y detalles se puede apreciar en el video que sigue, está siendo construida sobre el río Chili, en las cercanías del Colegio Militar Francisco Bolognesi. Forma parte de la denominada Vía Troncal Interconectora, que con sus casi 6 kilómetros de largo vinculará los distritos de Miraflores, Alto Selva Alegre, Yanahuara, Cayma y Cerro Colorado. En dicho trayecto, la vía contará con tres intercambios viales, uno en el cruce de las avenidas Roosevelt y Obrera, otro en el de las avenidas Ramón Castilla y Cusco y el tercero en el de las avenidas Aviación y Primavera.



El Chilina tendrá un largo total de 562 metros, estará apoyado sobre cuatro pilares, y tendrá luces (distancias entre puntos de apoyo) de 100, 157, 142, 102 y 61 metros. Contará con dos plataformas vehiculares paralelas de concreto armado postensado, las cuales se hallarán a una altura de 50 metros. Ambas tendrán 11.3 metros de ancho, y estarán separadas 1.5 metros entre sí. Cada plataforma tendrá dos carriles de 3.6 metros de ancho, berma exterior de 2.80 metros, berma interior de 0.50 metros y dos barreras de seguridad de 0.40 metros.

Lo dicho significa que sólo será superado en longitud por el puente colgante Continental (situado en Madre de Dios), al que, sin embargo, aventajará en capacidad, pues tendrá el doble de carriles.

La obra está siendo ejecutada mediante el sistema de "obras por impuestos" (establecido por la Ley 29230), que permite ejecutarlas mucho más rápidamente que mediante el proceso tradicional de recaudación y posterior inversión pública. Así, su costo, de 245 millones de soles (unos US$ 95 millones), viene siendo solventado por las empresas Southern, Backus e Interbank, que de esa manera están cumpliendo con el pago de una parte del impuesto a la renta que les corresponde. Es el proyecto más importante que se efectúa en el país mediante la mencionada modalidad.

La idea es concluir el puente y todo el sistema vial conexo a fines del próximo año. Cuando ello ocurra, Arequipa habrá incorporado a su mobiliario urbano una importantísima obra, fundamental para mejorar el desplazamiento de sus decenas de miles de vehículos.


Primera imagen: La República
Segunda imagen: Proinversión

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Tasa de Bancarización 2012

Esta vez nuestra sección pone la mirada en los sistemas financieros de la región, para indagar acerca de la forma en que canalizan los recursos desde los agentes económicos superavitarios hacia los deficitarios.

El objetivo de toda economía moderna es que éstos se canalicen de la manera más eficiente posible. La mejor vía para ello es el sistema bancario y financiero, debido, entre otras cosas, a su gran cartera de clientes y al conocimiento de su historial crediticio, a su política de evaluación de los prestatarios, a los criterios bajo los cuales otorga los créditos, a su conocimiento del tema financiero, a su menor costo operativo (derivado de sus economías de escala), a su capacidad de minimizar el riesgo, etc. Eso se traduce en un menor costo crediticio, que beneficia a todos. Canalizados bajo esos criterios, los recursos se destinan a los proyectos más rentables, descartando los escasamente viables, lo que favorece a la economía en su conjunto.

Por ello se busca elevar al máximo la participación de los bancos y otras entidades financieras en ese flujo de recursos. Cuanto más elevada dicha intermediación financiera o bancarización, más eficientemente funcionan las economías. En los países desarrollados, por ejemplo, las tasas de bancarización llegan a sobrepasar el 90%, mostrando que muy pocos agentes económicos mantienen sus recursos fuera del sistema. ¿Cómo se mide la bancarización? A través de los ratios Depósitos Totales/PBI y Colocaciones Brutas/PBI.

Para analizar los niveles de bancarización de los países de la región, nosotros nos centraremos en el ratio Depósitos Totales/PBI, que evalúa al sistema financiero como captador de recursos. Si los obtiene en abundancia, podrá prestarlos sin problemas, permitiendo que el proceso ahorro-inversión se lleve a cabo con fluidez. Si ocurre lo contrario (por ejemplo porque los ahorristas prefieren ahorrar "bajo el colchón") se verá obligado a restringir sus créditos, perjudicando especialmente a los pequeños consumidores y empresarios, debido a su mayor riesgo.

Entre los factores que conspiran contra la bancarización se puede mencionar la falta de información financiera del común de la gente, la pérdida de confianza por malas experiencias previas, las bajas tasas de interés pasivas, los complejos requisitos para la apertura de cuentas y su elevado costo de mantenimiento, las altas comisiones, las excesivas tasas tributarias, el bajo desarrollo de la infraestructura bancaria (escasez de agencias), etc

Hecha la explicación, procedamos a revisar los datos, correspondientes al final del año 2012. Los de Depósitos Totales provienen de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), y los del Producto Bruto Interno, del Fondo Monetario Internacional. Nosotros hemos calculado los datos de Bancarización para cada uno de los países, dividiendo los primeros entre los segundos.

Como ya hemos comprobado en anteriores notas sobre el tema, Panamá encabeza el ranking, con gran distancia sobre sus pares regionales. En ese pequeño país centroamericano, los depósitos totales equivalen a 1.50 veces su PBI. Eso se explica, entre otras cosas, por su condición de gran centro financiero internacional, en el cual abundan los recursos prestables, y donde hay prácticas bancarias bastante desarrolladas, propias del primer mundo. Cabe notarse, no obstante, que el ratio es menor que el del año 2011 (1.62).

Chile es el segundo en la lista, al registrar depósitos que alcanzan el 68% de su PBI (porcentaje significativamente mayor que el 60% del año previo). Gracias a su buen nivel de desarrollo, el sistema financiero de nuestro vecino del sur genera confianza en el público e incentiva el ahorro.
A ambos países les siguen varios de los más pequeños de la región, con ratios que van desde 0.51 hasta 0.36.

El país más grande, Brasil, sólo ocupa el décimo lugar, con una tasa de bancarización de 0.35. Y tras éste se ubican otros del grupo de los grandes de la región: Colombia en el puesto 12 (con un ratio de 0.35), Venezuela en el 13 (con 0.32), Argentina en el 16 (con 0.26) y México en el 17 (con 0.21). En algunos de ellos han influido, en distintas formas y épocas, acontecimientos que afectaron la confianza de los agentes económicos (pesimistas expectativas acerca del avance de la economía, baja rentabilidad de los ahorros, inflaciones crónicas, congelamiento de depósitos) o restricciones diversas (tales como elevadas tasas de impuestos). Es lo que ocurre por ejemplo, en Argentina y Venezuela, ambos afectados por elevadas inflaciones. En otros países, los débiles indicadores se deben más bien a la escasa cultura financiera de sus poblaciones y al aún bajo desarrollo de sus redes bancarias.

El Perú incrementó levemente su indicador, que pasó de 0.27 a 0.28, lo que le permitió subir del puesto 15 al 14 en el ranking. Sin embargo, todavía resulta muy débil, reflejando que aún existen problemas por resolver, entre ellos la desconfianza, la escasa cultura financiera y la insuficiente difusión de la red de entidades del sistema financiero. Pero, como acabamos de ver, la situación viene mejorando de a pocos, al compás de la exigua inflación (que permite tasas de interés reales positivas), el elevado crecimiento del sector productivo (que impulsa la rentabilidad de los proyectos y con ello mejora las tasas activas y pasivas), la explosiva expansión de las instituciones de microfinanzas (que pagan los mejores intereses), etc.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Muy Bajo Crecimiento en Marzo: apenas 3.01%

El producto bruto interno (PBI) registró en marzo su menor crecimiento desde octubre del año 2009, al expandirse a la muy modesta tasa de 3.01%. Con ello acumula una cifra de 4.79% en lo que va del año y una de 5.96% en los últimos doce meses. Además, suma 43 meses de ininterrumpido incremento.

Así lo dio a conocer hoy, mediante un Informe Técnico, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Según la entidad, el pobre resultado en mención se debió principalmente al negativo desempeño de la demanda externa, reflejado en una caída de las exportaciones de 16% en términos reales. La demanda interna, por su parte, sólo tuvo cifras importantes en el crecimiento de la demanda de autos ligeros (12.68%), más no así en otros rubros, como las ventas al por menor a los hogares, importación de bienes de consumo o la inversión en construcción, que, a diferencia de los meses previos, esta vez crecieron por debajo de 5%.
Otro factor decisivo en el magro resultado fue el menor número de días trabajados. Ello se debió a los feriados de semana santa, que restaron dos días a la actividad laboral. Dado que ello no ocurrió en marzo del año pasado, al comparar los niveles de producción de ambos meses se obtuvo un resultado sumamente desfavorable.

En marzo, ningún sector tuvo un crecimiento de dos dígitos. Los más dinámicos fueron Restaurantes y Hoteles, Financiero y Seguros y el Agropecuario, con tasas de 6.70%, 6.33% y 5.84%, respectivamente.

A diferencia de los meses previos, en que se constituyó como el sector más dinámico, esta vez la Construcción mostró una abrupta desaceleración, creciendo a la muy modesta tasa de 3.75%. El Comercio, sector de gran peso en la estructura del PBI, también creció poco (4.02%).

Sin duda, el desempeño más preocupante y negativo lo tuvo la Manufactura. Este sector, el más importante de la economía, registró un considerable retroceso de 3.64%, afectado por la contracción de sus dos subsectores. El Fabril No Primario (el de mayor contribución al producto manufacturero) decreció 3.32%, en tanto que el Fabril Primario cayó 5.57%.
El otro sector que retrocedió fue la Pesca, a una tasa de 20.36%.

Con los datos que acabamos de ver, la contribución sectorial en lo que va del año es la que se muestra en el gráfico adjunto.

En él se aprecia que el Comercio resulta hasta ahora el principal aportante al producto, con 0.84 de los 4.79 que éste registra en total. Le siguen Resto de Otros Servicios (0.63 puntos) y Transportes y Comunicaciones (0.60).
En el extremo opuesto, la Pesca, la Manufactura, y la Minería e Hidrocarburos resultan los mayores frenos, al estar restándole al producto 0.02, 0.02 y 0.04 puntos, respectivamente.

Aunque el resultado de marzo resulta desalentador, no parece suficiente para atenuar el optimismo reinante, especialmente teniendo en cuenta que para abril (mes en el que habrá dos días laborables más que en abril del año anterior) se estima una tasa de crecimiento de alrededor de 7%, que permitiría llevar nuevamente por encima de 5% el dato acumulado, y luego, con los datos de los meses siguientes, ir acercándolo a la meta establecida de poco más de 6%.
Sin embargo, ello requerirá que la demanda interna mejore respecto de lo mostrado en marzo, y que nuestras exportaciones, cuyos precios han continuado decayendo en abril y mayo, se estabilicen o repunten en la segunda parte del año.

lunes, 13 de mayo de 2013

Tasa de Referencia, con Record de Estabilidad

En el marco de la aplicación de su modelo de desarrollo, el Perú se esmera por mantener la estabilidad macroeconómica. Ello incluye la estabilidad de las principales variables, como los precios, el tipo de cambio y la tasa de interés, con el fin de brindar a los agentes económicos un panorama confiable y predecible, que les permita planificar adecuadamente sus operaciones y movimientos.

La tasa de interés a la que nos referimos es aquélla que influye en el ámbito macro, es decir, la denominada tasa de interés de referencia. Ésta es determinada por el banco central (en el caso peruano el Banco Central de Reserva-BCR) como parte de su política monetaria (aquélla mediante la cual va suministrando a la economía la cantidad de dinero que ésta requiere para operar normalmente).

Eso se hace tratando de mantener delicados equilibrios en materia de precios, de crecimiento de la economía y de movimiento de capitales en el sector externo, para evitar, por ejemplo, que un nivel demasiado bajo de la tasa de referencia genere presiones inflacionarias, que uno demasiado alto restrinja excesivamente el crédito, o que una alza o baja propicie bruscas entradas o salidas de capitales especulativos (de corto plazo).

El BCR establece el nivel de dicha tasa en base a la evaluación que hace de las necesidades de la economía, y teniendo en cuenta aspectos como los mencionados. Luego, a través de los créditos de corto plazo que otorga a las entidades financieras, induce a que el costo del dinero se acerque a él.

Como se observa en el gráfico adjunto, la tasa acaba de cumplir nada menos que dos años seguidos sin variación, pues desde mayo del 2011 (cuando dejó atrás su anterior nivel de 4%), no se ha movido del 4.25% en el que permanece hasta hoy.

Antes de eso, había sido necesario manipularla intensamente, para hacer frente a diversas contingencias externas. Así, entre los años 2007 y 2008 se le movió sucesivas veces hacia arriba (hasta 6.5%), para contrarrestar las presiones inflacionarias provenientes del frente externo. Luego, en el 2009, más bien hubo que reducirla drásticamente (hasta un mínimo de 1.25%) para afrontar los coletazos de la crisis internacional, que desaceleró tremendamente nuestra economía y la puso al borde de la recesión. Más tarde, entre el 2010 y el 2011, nuevamente fue elevada de manera sostenida, con el fin de evitar que el nuevo brote de inflación internacional desestabilizara la economía. Si bien inicialmente dicha contingencia externa logró impactar en nuestra tasa inflacionaria (sacándola de su rango establecido), luego la situación quedó bajo control.

En los últimos 24 meses, como hemos visto, la tasa ha permanecido invariable, algo de lo que muy pocos países latinoamericanos se pueden jactar (México, cuya tasa permaneció casi cuatro años en 4.50%, la redujo en marzo a 4%, con el objeto de dinamizar su economía). Eso significa que nuestro país ha alcanzado una envidiable situación de estabilidad en materia monetaria, pues al haber una inflación menor al 3%, a la vez que un elevado y sostenido crecimiento del PBI, no se requiere incrementar ni disminuir la tasa, dado que su nivel actual permite esa doblemente buena situación. Con ello, además, el Perú ratifica su decisión de tender a la estabilidad de este indicador, como ya lo había hecho hasta la primera mitad del año 2007, cuando la turbulencia internacional lo obligó a variar su nivel.

Ojalá la actual situación de estabilidad monetaria pueda prolongarse, y de esa forma permita seguir apuntalando la estabilidad macroeconómica. Inclusive, la situación podría estabilizarse en una tasa aún menor, pues el BCR no descarta una eventual reducción de ésta si la inflación se ubica por debajo del 2%. Si así ocurriera, la economía, sin ver afectada su estabilidad, recibiría un inmejorable impulso para incrementar su actual tasa de crecimiento.

domingo, 12 de mayo de 2013

El Perú en el Ranking Latinoamericano: IDH Ajustado por Desigualdad 2012

Hace cerca de dos meses, nuestra sección se centró (ver aquí) en el Índice de Desarrollo Humano, importantísimo indicador publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En esta ocasión nos referiremos al mismo indicador, pero ajustado según el nivel de desigualdad existente en nuestros países, de tal manera de poder determinar con mayor precisión lo que realmente ocurre en el ámbito socioeconómico.

Dicha desigualdad se refiere a la que existe para acceder a la salud, a la educación, y a un buen ingreso. Al tomarla en cuenta, el indicador, denominado IDH Ajustado por Desigualdad (IDH-D), permite obtener una imagen mucho más completa del nivel de bienestar de la población.

En condiciones de total igualdad, el IDH-D es idéntico al IDH. Cuanto más desigual es la distribución de los tres elementos señalados, más bajo es el IDH-D (y mayor su diferencia con el IDH). En los países desarrollados, donde los ingresos son muy altos, y donde el acceso a la salud y a la educación es generalizado, ocurre la primera situación. En los países en desarrollo, en cambio, aún hay grandes dificultades al respecto, y por ende suele haber grandes diferencias entre un indicador y otro, tal como comprobaremos a continuación. Ejemplo de ello es que en Noruega, el país de mayor desarrollo humano del mundo, y uno de los de mejor distribución del ingreso, la pérdida al pasar del IDH al IDH-D es de sólo 6.4%, en tanto que en nuestro país es de 24.3%.

Hecha la explicación, veamos las cifras. En el cuadro consignaremos tanto el IDH como el IDH-D, así como el nivel de pérdida y el alza o baja en la clasificación resultantes al comparar uno con el otro.

La primera constatación que se puede hacer al comparar ambos indicadores es que la casi totalidad de países latinoamericanos pierde posiciones en el ranking global, lo que se explica por la desigual distribución de los factores mencionados, muy especialmente el ingreso.

El primero en el ranking es Chile, cuyo IDHI, de 0.664, resulta inferior en 19.0% a su correspondiente IDH, lo que le lleva a perder diez posiciones en el recuento global. Si bien este país no registra una gran pérdida en materia de desigualdad educativa (6.6%) y registra una sólo mediana en materia de desigualdad de acceso a la salud (13.7%), sí tiene una muy importante en materia de distribución del ingreso (34.1%), lo que es explicable por un índice Gini de 52.1, uno de los más altos de la región.

Segundo se ubica Uruguay, con un IDHI de 0.662, menor en 16.4% a su correspondiente IDH. Allí, las pérdidas por la desigualdad para acceder a la educación y a la salud no son demasiado grandes (10.8% y 9.3%, respectivamente), pero sí lo es la pérdida por la desigualdad en la distribución del ingreso (27.9%).

En tercer lugar se sitúa Argentina, con un IDHI de 0.653, menor en 19.5% a su IDH (lo que le implica una caída de ocho posiciones en el ranking mundial). En este país la mayor pérdida (34.4%) también se da en el campo de la distribución del ingreso. En materia de acceso a la salud, la pérdida es de 9.7%, y en materia de educación, de 12.1%.

El último país con un IDH-D superior a 0.600 es Costa Rica, cuyo indicador es 21.5% menor a su correspondiente IDH. Allí, la pérdida en cuanto a desigualdad para acceso a la salud es de sólo 7.8%, y la de acceso a la educación de 15.7%, pero la de distribución del ingreso llega a un considerable 37.9%, en gran parte explicado por un elevado Gini, de 50.7%.

Situaciones parecidas se producen en los demás países, con la distribución del ingreso constituyéndose en el gran lastre para la obtención de un mejor IDH-D.

El Perú se ubica en el séptimo lugar, tras los cuatro países mencionados, así como México y Panamá. En nuestro país, el IDH ajustado es de 0.561, es decir, 24.3% menor que el IDH. El único índice con una pérdida no demasiado grande es el de esperanza de vida (0.727, con una pérdida de 14.8%). Pero los otros dos sí implican una sumamente considerable: el de educación (0.538) implica una pérdida de 24.6%, en tanto que el de distribución del ingreso (0.452) una de 32.5%. El Gini peruano es de 48.1.

Pese a esos poco honrosos números, el Perú supera en cuanto a IDH-D a importantes países de la región, como Venezuela, Brasil y Colombia, cuyas pérdidas en materia de desigualdad por ingresos llegan a considerables porcentajes de 44.9%, 39.7% y 44.5%, respectivamente.

El país latinoamericano con el más deficitario IDH-D es Guatemala. Allí, el indicador apenas llega a 0.389, lastrado por grandes pérdidas de 36.1% en el aspecto educativo y 42.5% en el de ingresos.

lunes, 6 de mayo de 2013

Exportaciones No Tradicionales: Creciendo y Retomando Posiciones

Luego de haber representado (en el año 2003) cerca del 29% de nuestras exportaciones totales, las exportaciones no tradicionales (aquéllas que incorporan un mayor valor agregado o grado de transformación) vieron reducirse su participación hasta el 21.5% en el año 2010.

Pero, tal como se comprueba en el gráfico adjunto, en los dos últimos años su porcentaje ha comenzado a recuperarse. Así, en el 2011 subió a 21.9%, y en el 2012 acaba de llegar a 24.2%. Ello ha ocurrido de la mano del incremento de su monto, pero también de la declinante participación de las exportaciones tradicionales, afectadas por bajas en sus precios.

Entre los productos no tradicionales sobresale el rubro de prendas de vestir y otras confecciones, cuyo monto exportado, ascendente a US$ 1,625 millones, lo ubica como el sexto más importante del país, sólo por detrás del cobre, el oro, el petróleo crudo y derivados, el plomo y la harina de pescado. Las ventas de esta rama industrial (gran generadora de empleo) superan las de productos tan importantes como el zinc y el gas natural.

En el segundo lugar de las exportaciones no tradicionales (y noveno de la lista general) figuran las legumbres (con los espárragos como su abanderado), cuyo monto también supera los US$ 1,000 millones.

En el tercero (y undécimo de la lista global) destacan las frutas (especialmente uvas, paltas y mangos), que en los diez últimos años han multiplicado por nueve su valor exportado y ya alcanzan notables US$ 956 millones.

Cabe señalar que las exportaciones no tradicionales agrarias son las más intensivas en el uso de mano de obra, por lo que resulta muy alentador un avance tan significativo como el que las dos actividades que acabamos de mencionar vienen mostrando.

En el cuarto lugar (y décimo quinto de la relación total) se ubican los productos químicos (orgánicos e inorgánicos), que entre los años 2003 y 2012 han elevado 7.5 veces su monto exportado, hasta los US$ 489 millones. Aquí destacan los productos de plástico y caucho, los extractos para curtiembre, taninas, pigmentos, colorantes, pinturas, barnices y tintas.

Luego se sitúan los abonos y minerales en bruto, de crecimiento explosivo en los cuatro últimos años, en que pasaron de apenas US$ 32 millones a US$ 477 millones. Ello se explica en gran medida por la entrada en operación del gigantesco yacimiento de fosfatos de Bayóvar.

El monto total de las exportaciones no tradicionales se ha multiplicado 4.2 veces en los diez últimos años, pasando de US$ 2,620 millones en el 2003 a US$ 11,047 millones en el 2012. Es de esperar que ese apreciable ritmo de avance prosiga, habida cuenta de la importancia de este tipo de ventas externas, que no sólo incorporan un mayor valor agregado, sino también son intensivas en el uso de mano de obra y constituyen fuente de actividad para miles de empresas, desde las más grandes hasta las más pequeñas.

domingo, 5 de mayo de 2013

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Inversión Extranjera Directa 2012

A los países arriban dos tipos de inversión extranjera. Una es la inversión de cartera, que se dirige a la adquisición de valores negociables (acciones, bonos y otras obligaciones) e instrumentos del mercado monetario, y que no persigue fines de control empresarial ni de permanencia prolongada en el país, sino exclusivamente el de obtener una adecuada rentabilidad financiera.

La otra es la inversión extranjera directa (IED), que más bien llega para involucrarse en el control accionario de empresas (se considera IED a la que involucra más de 10% del capital social), y mantenerse en el país. Este tipo de inversión se radica para desarrollar proyectos productivos, que crean nueva infraestructura y capacidad instalada, y generan empleo estable y formal. Por dicha circunstancia, que además se refleja en el producto bruto interno (pues complementa a la inversión privada nacional y a la inversión pública) los países se afanan en captarla e incrementarla.

A esta última nos referimos en la presente nota, tal como lo venimos haciendo periódicamente. La información que sigue corresponde al año 2012, pero también considera, para efectos comparativos, la del 2011. La hemos tomado directamente de los bancos centrales o institutos de estadística de los respectivos países.

En términos generales, los datos dejan ver que la IED hacia América Latina continúa incrementándose a un ritmo importante, habiendo superado los US$ 160 mil millones. Con ello, la región batió un nuevo record en lo que atañe a este indicador.

Esta favorable evolución se explica principalmente por la estabilidad y el apreciable dinamismo de las economías (aspectos que atraen capitales, especialmente cuando en otras regiones las cosas no lucen demasiado bien), y pese a que los precios internacionales de las materias primas ya no se mostraron tan favorables como en el 2011 (lo que restó cierto atractivo a algunas grandes inversiones, como las mineras). Todo ello permitió que, en un año en que la IED cayó significativamente en las principales economías, ésta creciera un apreciable 6% en nuestra región, alcanzando un nivel record.

Como es fácil suponer, la economía más grande, Brasil, es la que capta más IED. En el año bajo estudio registró un monto de US$ 65,272 millones, 2.1% menor que el del año previo.

Contrariamente a lo que se podía esperar y a lo que había ocurrido hasta el 2010, el segundo lugar no es ocupado por México, sino por Chile, que incrementó su flujo en un considerable 32.2%. Nuestro vecino, al haber captado inversiones foráneas por más de US$ 30 mil millones, superó largamente al país azteca, que más bien las vio decrecer en 41%, con lo cual cayó hasta el cuarto lugar, pues también fue superado por Colombia, que elevó su cifra a cerca de US$ 16 mil millones.

Lo señalado constituye sin duda un gran mérito para Chile, que, pese a ser sólo la sexta economía más grande de América Latina, se jacta de duplicar la IED de la segunda. Con ello, además, mantiene su ratio IED/PBI entre los más altos de la región.

En cuanto a México, cabe precisar que una parte de la caída de su monto se debió a una cuantiosa emisión de títulos de una importante entidad financiera, que provocó que US$ 4 mil millones dejaran de ser considerados IED, para pasar a ser considerados inversión de cartera. Por otro lado, es necesario señalar que el país tiene pendiente un probable ingreso de varios miles de millones de dólares, destinados a la compra de una importante cervecera por parte de una empresa trasnacional, operación que está teniendo problemas para concretarse.

En cuanto a Colombia, es importante puntualizar que las inversiones externas que viene recibiendo están siendo impulsadas especialmente por su muy dinámico sector petrolero, que capta un considerable porcentaje de las mismas.

En el quinto lugar se ubica Argentina, que, merced a una revisión de sus cifras, superó al Perú desde el año 2011. Pero en el año 2012, gracias a un notable incremento del flujo hacia nuestro país, las cifras se han tornado muy parecidas. Así, mientras que el país gaucho contabilizó inversiones externas por US$ 12,551 millones, el nuestro lo hizo por US$ 12,240 millones. Si bien en el primero de los nombrados el flujo resulta bajo, teniendo en cuenta que se trata de la tercera economía más grande de la región, no deja de sorprender su significativo incremento (de 27%), habida cuenta de lo que se esperaba a raíz de la arbitraria estatización de la principal empresa petrolera del país, y de la actitud muchas veces confrontacional de su gobierno hacia los capitales privados del exterior.

La excelente cifra de nuestro país representa, como ya lo señalamos en una nota anterior, un record histórico. El considerable incremento, de casi 50%, se explica, además de la abundancia de recursos naturales, por los sólidos fundamentos de nuestra economía, que se basan en la claridad de las reglas de juego y se traducen en un elevado crecimiento, alta rentabilidad en los negocios, gran estabilidad macroeconómica, etc. Ello ocurre pese a esporádicas señales confusas que emite el gobierno, que cada cierto tiempo generan comprensibles dudas (como el abortado proyecto de estatizar la refinería de La Pampilla y la cadena de grifos de Repsol) y de otros problemas no resueltos, como los que vienen paralizando importantísimos proyectos mineros.

Venezuela, la quinta economía regional, sigue perdiendo posiciones en materia de IED. Esta vez también lo hizo frente a un país mucho más pequeño, como la República Dominicana, que al haber incrementado casi 60% su monto, superó al gigante petrolero, que más bien lo vio disminuir un preocupante 15%, con lo cual, además, ya se halla a punto de ser igualado por Panamá.

Luego figuran Uruguay y Costa Rica, ambos con montos superiores a US$ 2,000 millones. En los últimos lugares sorprende Ecuador, que no obstante ser la octava economía latinoamericana, apenas es la décimo sexta en cuanto a IED, superando únicamente a El Salvador y Paraguay.

Nota: el cuadro y el texto de este artículo fueron modificados el día 14 de mayo, para corregir el dato chileno, que por un error nuestro había resultado considerablemente subestimado.


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