Lo hizo mediante muy sólidas exposiciones, la primera fundamentando el rechazo, a cargo de la congresista Juárez, y las siguientes, profundizando en las razones para ello, a cargo de sus colegas Aragón, Muñante, Soto, Cavero, Tudela, Echaíz y Guerra García.
Como no podía ser de otra manera, dada la solvencia de los argumentos en contra, las observaciones presidenciales (que tienen su origen en la obsesión del partido de gobierno de convocar una ilegal Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución a la medida de sus afanes totalitarios) fueron rechazadas por una amplia mayoría.
Ahora toca que el TC, instancia final a la cual el Ejecutivo está recurriendo en el afán de perpetrar a como dé lugar su despropósito, haga lo propio, para que el enojoso tema, que tanto daño le hace a la perspectiva económica, política y social de nuestro país, quede definitivamente sepultado.
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