Como lo señalan los datos que siguen, obtenidos de las páginas web de los respectivos bancos centrales, casi todos los países de la región lograron incrementarlas en el año recién concluido, y solo tres las vieron reducirse. Ello ocurrió de la mano de la evolución de los diversos flujos del sector externo: comerciales y de servicios, inversión extranjera, remesas y otros factores que inciden en la balanza de pagos (cuyo saldo se traduce en la variación de las reservas) y en el marco de la dura pandemia que continuó afligiendo al mundo.
Brasil continúa siendo el indiscutible líder en la materia, seguido de lejos por México, ambos mejorando sus datos.
El Perú también aumentó el suyo, con lo que sigue firmemente consolidado en el tercer lugar. Sus considerables US$ 78,495 millones (3,788 más que al final del año pasado) le dan un ratio RIN/PBI de casi 35%, el más alto de la región. Ese cuantioso monto, que le otorga una gran solvencia y le permite cubrir más de veinte meses de importaciones, constituye una enorme garantía de la fortaleza del sol.
A nuestro país le siguen Colombia (que disminuyó levemente su monto) y Chile (que lo incrementó considerablemente).
El dato de Argentina no es comparable con los restantes, pues se refiere a las reservas brutas, de las cuales hay que restar los grandes pasivos de su banco central, resultando de ello un monto neto mucho menor. El dato, que se condice con su grave posición financiera, explica la gran debilidad de su moneda.
Además de Colombia, los otros dos países que vieron disminuir este vital indicador el año pasado fueron Costa Rica y Bolivia.
Brasil continúa siendo el indiscutible líder en la materia, seguido de lejos por México, ambos mejorando sus datos.
A nuestro país le siguen Colombia (que disminuyó levemente su monto) y Chile (que lo incrementó considerablemente).
El dato de Argentina no es comparable con los restantes, pues se refiere a las reservas brutas, de las cuales hay que restar los grandes pasivos de su banco central, resultando de ello un monto neto mucho menor. El dato, que se condice con su grave posición financiera, explica la gran debilidad de su moneda.
Además de Colombia, los otros dos países que vieron disminuir este vital indicador el año pasado fueron Costa Rica y Bolivia.
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