El líder indiscutible es México, cuya cosecha se acercó a los 2.4 millones de toneladas. Segundo, a gran distancia, se ubica Colombia con cerca de 880 mil, y tercero República Dominicana, que se aproximó a las 680 mil.
Nuestro país ya tiene muchas décadas (por lo menos cinco, según la FAO) en los diez primeros lugares. Pero su verdadero auge lo inició a fines de la década de 1990, como resultado de lo cual su producción actual es ocho veces mayor que la del año 2000.
Esa notable evolución ocurrió desde que comenzó a exportar masivamente, primero a la Unión Europea, luego, desde el año 2010, a Estados Unidos (país del cual el Perú se ha convertido en el segundo principal abastecedor, sólo detrás de México), y por último a China (donde logró ingresar en el 2016).
El auge de sus exportaciones ha convertido a esta fruta en nuestro tercer más importante producto de agroexportación no tradicional, sólo detrás de las uvas y los arándanos. Mientras en el año 2009 dicho monto fue de US$ 64 millones, en el 2018 ha llegado a US$ 1,206 millones.
La producción peruana de palta se concentra en los departamentos de Lima (en los valles de Huaral, Huaura y Huarochirí), La Libertad (en las fértiles tierras de Chavimochic), Ica y Junín (en el valle de Chanchamayo). La mayor parte de esta tiene lugar en el período marzo-agosto, en el cual se obtiene aproximadamente el 70% de la cosecha del año. Luego, entre octubre y diciembre se obtiene cerca de un 20% adicional, y el saldo en los restantes meses.
Las principales variedades de palta que produce el Perú son Fuerte Costa, Hass, Criolla Selva y Naval.
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