Además de los antiquísimos autos de los años 50, lo que más resalta allí son el deterioro casi ruinoso de las viviendas y otras edificaciones, las caras de resignación de la población, las colas por doquier para adquirir productos esenciales, el mal aspecto de las calles, el escaso dinamismo económico (reflejado en un mínimo movimiento de vehículos), la inmensa cantidad de personas que parecen estar deambulando sin nada que hacer, y la superlativa pobreza de los pocos negocios personales o familiares allí existentes, que apenas permitirían la supervivencia.
La narradora y autora del vídeo se encarga de describir y detallar, con pleno conocimiento de los hechos y lujo de detalles, la triste situación en que el socialismo castrista sumió a su país. Como bien dice, mientras en otros países de la región la pobreza aflige a algunos sectores, en el suyo aflige a todos (exceptuando, lógicamente, a los privilegiados jerarcas de la malhadada revolución que le destrozó el futuro).
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