En este se puede ver que la pequeña localidad rodeada de cerros ha progresado considerablemente en los últimos años, al punto de sorprender gratamente con su fisonomía, en la que cada vez resaltan más edificios, indudable señal de dinamismo económico.
La capital de Apurímac se está viendo beneficiada por el desarrollo de diversos sectores, entre ellos el agrario y el minero. Este último le está proveyendo, gracias a los abundantes canon y regalías por la explotación de la mina de cobre Las Bambas, ingentes recursos que le están siendo muy útiles a la ciudad y a toda la región.
Además, esta última alberga en las proximidades de Andahuaylas una gran mina de hierro, que está en preparación y que le prodigará nuevos importantes recursos y oportunidades de desarrollo, como lo demuestra el hecho de que propiciará la construcción de un ferrocarril de carga y pasajeros que conectará Andahuaylas con el iqueño puerto de Marcona.
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