Las reservas internacionales netas (RIN) de un país, es decir la diferencia entre sus activos y pasivos internacionales de corto plazo, están compuestas por moneda extranjera, oro, valores y otros activos.
Representan la disponibilidad de recursos de este para llevar a cabo fluidamente las operaciones de su sector externo. Pero también constituyen un colchón financiero de primer orden para afrontar las turbulencias externas y preservar el valor de la moneda, pues un nivel elevado desalienta los ataques especulativos contra esta, permitiendo, por ejemplo, que el banco central salga a vender dólares masivamente cuando el tipo de cambio sube muy abruptamente.
Esa capacidad de intervenir en el mercado está dada específicamente por su denominada Posición de Cambio, que mide su liquidez real y por ende el monto de las reservas que puede emplear libremente. Ese vital indicador también es cuantioso, pues equivale al 65% de estas.