jueves, 11 de agosto de 2011

El Perú en el Mundo: Calificación Crediticia de S&P (Agosto del 2011)

Teniendo en cuenta que a fines de julio no pudimos cumplir con esta sección, y considerando también que hay un tema de plena actualidad (a la luz de lo ocurrido con Estados Unidos), en esta oportunidad tenemos el dato de calificación crediticia de Standard & Poor's, una de las tres principales agencias (junto con Moody's y Fitch) en el negocio de evaluación de las deudas soberanas de los países.

Como se sabe, esta calificadora acaba de hacer noticia por haber rebajado la nota crediticia de Estados Unidos, desde su longeva y casi proverbial triple A (la máxima categoría, asignada a los países más seguros en cuanto a capacidad de pago de sus deudas) a la categoría siguiente, AA+. De esta manera, el país más poderoso del mundo ha sufrido la humillacion de comprobar que ya no se halla en el tope de estos rankings, como solía ocurrir, sino por detrás de muchos otros países. Sus graves problemas de endeudamiento público, originados en gastos desmesurados de una y otra índole, le están pasando factura, habiendo el riesgo de que las otras dos agencias también se decidan por una rebaja.

Además de la calificación, que, como se dijo, va desde AAA, en la cima, a CCC, en el fondo, los cuadros presentan la denominada Perspectiva, que puede ser positiva (+), estable (=) o negativa (-). Esta indica la probabilidad (dada su situación actual) de que un país mejore, mantenga, o empeore su calificación en el siguiente informe que emita la agencia.

Y ahora, vayamos a los cuadros. El primero, donde figura el Perú, incluye a los países con Grado de Inversión, en tanto que el segundo consigna a aquellos que solo poseen Grado de Especulación.

Como se puede ver, la gran mayoría de países desarrollados ostenta la máxima calificación. Con ella figuran Canadá, casi todos los países europeos y varios asiáticos.
Estados Unidos, que la acaba de perder, registra una perspectiva negativa, señal de que, de no exhibir mejoras en su situación, S&P podría volver a rebajarle el rating. Pero este no es el único país desarrollado alejado de la Triple A. También lo están España (AA), Japón (AA-) e Italia (A+), todos ellos agobiados por cuantiosas deudas, y por ende con perspectiva negativa.

De los países latinoamericanos incluidos en este cuadro, ninguno tiene perspectiva negativa. La mayoría de ellos luce hoy indicadores fiscales y de deuda sumamente adecuados y por ello viene escalando posiciones en el ranking. Chile, con una A+ y perspectiva positiva, es el más adelantado de la región. Le sigue México, con una triple B y perspectiva estable.
Apenas un peldaño más abajo se sitúan Brasil, Panamá y el Perú, todos ellos con el rating BBB- y perspectiva positiva, señal de que muy pronto podrían recibir gratas noticias.

En el caso particular de nuestro país, ese upgrade o mejora ya podría haberse producido desde hace un buen número de meses, pero la coyuntura electoral, y la incertidumbre asociada a la nueva gestión gubernamental pusieron en stand by dicha posibilidad. Afortunadamente, el nuevo régimen está emitiendo algunas buenas señales en materia económica, las que, de reafirmarse, podrían inducir a las agencias a promovernos al esperado BBB (en los casos de S&P y Fitch) y al Baa2 (en el caso de Moody's).

El segundo cuadro, que muestra a los países que aún se mantienen con grado especulativo, está compuesto mayoritariamente por países en vías de desarrollo, entre ellos numerosos latinoamericanos. Sorprende ver allí, con una calificación de solo B, a un país tan rico como Argentina. Pero mucho más sorprende ver en el último lugar, con una doble CC, y perspectiva negativa, a Grecia, un país integrante de la Unión Europea, que está pagando las penosas consecuencias de un manejo fiscal absolutamente irresponsable.

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