El Perú está modernizando y repotenciando, para ampliarles entre quince y veinte años su vida útil, cuatro de sus seis submarinos, que conforman una de las flotas más grandes de América Latina.
Lo está haciendo en SIMA, en un proceso que está incluyendo el corte de su casco resistente (única forma de poder extraer y cambiar sus motores eléctrico y diesel) y el total reemplazo de sus sistemas electrónicos (desechando los de la ya obsoleta tecnología original e incorporando los actuales, infinitamente más sofisticados, potentes y eficientes).
Esa trascendental experiencia, que está constituyendo un invalorable proceso de aprendizaje para SIMA, está conduciendo a a la idea de que el Perú se está poniendo en capacidad de construir aquí sus propios submarinos, cuando requiera reemplazarlos al término de su vida útil. Siguiendo los pasos de Brasil, inicialmente podría hacerlo en el marco de acuerdos con los fabricantes, y luego (todavía en un plazo muy largo) apostando por la elaboración de un diseño propio.
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