América Latina, no obstante ser considerada un grupo de países en desarrollo, es percibida a la vez como una región de clase media internacional. Esta apreciación luce razonable, dado que si bien nuestro subcontinente aún se halla muy distante de los países industrializados en cuanto a desarrollo económico y social, también está lejos de los pobres países africanos y otros del sur de Asia.
Esto se verifica al analizar el Informe sobre el Desarrollo Humano, publicado a fines del 2007 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En dicha publicación destaca el Índice del Desarrollo Humano (IDH), construido en base a diversos indicadores económicos y sociales fundamentales, entre ellos el ingreso per cápita, la tasa de alfabetismo, la esperanza de vida, etc.
Los datos del IDH, que en realidad corresponden al año 2005, permiten comprobar que la mayoría de países latinoamericanos figura en el grupo de Desarrollo Humano Medio, es decir, entre aquéllos con un IDH de entre 0.500 y 0.799. Sin embargo, un elevado y creciente número de ellos ya figura entre los países de Desarrollo Humano Alto, con un IDH de 0.800 o más.
Entre los de ingreso medio, el primero de la región es Venezuela, en el puesto 74 del mundo y un IDH de 0.792. Le siguen Colombia y República Dominicana.
El Perú figura bastante rezagado, en el puesto 12 de América Latina y 87 del mundo, con un IDH de 0.773. El PBI per cápita de nuestro país aún es bajo y conspira contra una mejor posición en el ranking.
Cierran la lista Bolivia y Guatemala, que, no obstante sus bajos IDH, también logran ubicarse entre los países de desarrollo humano medio.
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