En medio del incierto panorama económico que vive el país, con una inflación que está afectando duramente el bolsillo de los sectores más vulnerables, el BCR informó ayer de una noticia positiva.
En efecto, en una coyuntura compleja, con un gobierno que no le genera confianza a la vital inversión privada y más bien la ahuyenta con propuestas absurdas (como subir impuestos y alterar las reglas de juego con un cambio de la Constitución y el modelo económico), la entidad emisora informó que el déficit fiscal (dado por el resultado económico del sector público no financiero) continúa reduciéndose.
Así, tras haber llegado a un máximo de casi 9% del PBI entre diciembre del año pasado y febrero del actual (reflejando el enorme gasto que tuvo que hacer el fisco para ayudar a sobrevivir a personas y empresas, y la notable pérdida de recaudación que padeció), el dato acumulado de los últimos doce meses no ha dejado de reducirse sostenidamente.
La prueba está dada por el gráfico adjunto, que muestra que en noviembre ha llegado a solo 3.3%, nivel deficitario ya bastante cercano al muy moderado y manejable 1.6% que se tenía antes de la pandemia.
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