En los últimos meses, la mayoría de las siete más grandes economías de América Latina las han estado aumentando, debido a las presiones inflacionarias externas y a las internas surgidas a raíz del gran gasto fiscal en que tuvieron que incurrir el año pasado para contrarrestar los efectos de la pandemia.
Los últimos ejemplos al respecto los acaban de dar Brasil y el Perú. El primero, agobiado por una inflación que se acerca al 11%, la ha vuelto a elevar hace tres días tan considerablemente como lo había hecho a fines de octubre, ahora de 7.75% a 9.25%. Nuestro país, por su parte, la incrementó hace dos días de 2.00% a 2.50%.
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