El comunicado de la agencia es claro y no deja la menor duda:
"La persistente parálisis política en Perú está debilitando los esfuerzos para mantener una sólida confianza de los inversores y limita las perspectivas de crecimiento."
"Los retiros de pensiones y una mayor dependencia del financiamiento externo derivaron en una composición más vulnerable de la deuda."
"Además, nuestra evaluación institucional se ha debilitado luego de un período prolongado de inestabilidad política debido a las continuas tensiones entre los poderes ejecutivo y legislativo. Esto ha reducido la capacidad de implementar políticas oportunas para sostener el crecimiento en el mediano plazo y, en nuestra opinión, pesa sobre la confianza de los inversores, lo que contribuye a un crecimiento ligeramente más moderado."
"La parálisis prolongada del gobierno reduce la previsibilidad de las respuestas políticas, lo que limita la inversión y el crecimiento potencial, en nuestra opinión."
"Perú ha estado en un punto muerto político entre los poderes ejecutivo y legislativo durante varios años. Durante el período presidencial 2016-2021, Perú tuvo cuatro presidentes y el Congreso se disolvió una vez. El presidente Pedro Castillo, elegido con un 18.9% en la primera vuelta y con 50.1% en la segunda vuelta, solo cuenta con 37 diputados de su partido de los 130 en un Congreso fragmentado. Estas tensiones preceden a la administración actual, pero han continuado, y con cambios frecuentes en el gabinete en menos de un año en el cargo. Consideramos que esta volatilidad podría limitar la previsibilidad en la formulación de políticas y dar menor visibilidad del plan del gobierno. Esto creemos que probablemente seguirá pesando en la confianza empresarial y representará un costo de oportunidad para el crecimiento económico y las condiciones sociales de Perú."
"Podríamos bajar las calificaciones durante los próximos dos años si vemos un empeoramiento de los resultados fiscales y de los indicadores de deuda debido a presiones de gasto o un crecimiento económico menor al esperado como resultado de nuevas disrupciones en el sistema político o acontecimientos externos negativos."
Una pena que ocurra tal cosa, cuando el panorama global internacional (por lo menos hasta antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia) había mejorado enormemente, y se había vuelto muy propicio para seguir creciendo y mejorando todos los indicadores, incluido el de la calificación. Pero la persistente inestabilidad política y las absurdas propuestas y actitudes de este gobierno (nueva Constitución, cambio del modelo económico, estatización de Camisea, amenazas a la minería, amenazas a las AFP, etc) han generado un gran nerviosismo y frenado las inversiones, debilitando los fundamentos y haciendo perder al país parte de lo que con tanto esfuerzo había conseguido.
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