Esto se comprueba en los diversos documentos que estudian el fenómeno. Uno de ellos es La Inversión Extranjera Directa 2012, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Gracias a éste, hoy conoceremos los flujos hacia afuera de los países de la región durante el año 2012.
El cuadro adjunto nos dice que México es el primer inversor externo de la región, con un monto de US$ 25,597 millones, que duplicó el del año 2011, y se constituyó como el más alto de su historia. Además, casi duplicó al de la inversión extranjera que percibió el país. América Móvil es la abanderada de este despliegue mexicano.
En segundo lugar se ubica Chile, con poco más de US$ 21 mil millones, cifra casi dos veces mayor que la de hace apenas dos años. Sus inversiones se concentran especialmente en el comercio minorista, la industria forestal y la actividad de transportes (con la empresa Lan). El Perú, uno de los destinos favoritos de éstas, es testigo de esta notable expansión.
El tercer lugar es ocupado por Venezuela, que dejó atrás un monto negativo y efectuó inversiones en el exterior por US$ 2,460 millones, sólo superado por el nivel record de US$ 2,671 millones del año 2010. Como es fácil deducir, la mayor parte de este flujo venezolano corresponde al negocio petrolero.
Luego se sitúa Argentina, con un monto de US$ 1,089 millones, 27% inferior al del período anterior, y muy distante del record de US$ 2,439 millones del año 2006. En nuestro país tenemos inversiones argentinas en la actividad gasífera y en la flamante flota de trenes Alstom del Metro de Lima.
El Perú no destaca en este ranking, pues sus montos, bastante exiguos, han venido decreciendo desde su nivel record de US$ 736 millones logrado el año 2008. Así, el del año 2009 fue de US$ 411 millones, el del 2010 de US$ 266 millones, el del 2011 de US$ 113 millones, y el del 2012 negativo en US$ 57 millones.
Dos países tradicionalmente importantes en esta materia: Brasil (que en el 2010 invirtió fuera US$ 11,588 millones y en el 2006 logró superar los US$ 28 mil millones) y Colombia (que en el 2011 reportó una cifra record de US$ 8,280 millones), esta vez se situaron en los últimos lugares de la tabla, con las cifras notablemente negativas que en ella se aprecia.
El severo retroceso brasileño se debe a la estrategia de financiamiento adoptada por sus empresas trasnacionales, que, en lugar de enviar dinero desde sus matrices a sus filiales en el extranjero, están haciendo lo contrario, financiándose en el exterior, para evitar las elevadas tasas de interés vigentes en Brasil. También se debe a las crecientes ventas de activos (desinversiones) que vienen haciendo sus empresas en el exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario