Hoy afirmó eso en Estados Unidos ante inversionistas de ese país, donde también se viene reuniendo con empresarios y funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), para exponer la política económica y buscar apoyo financiero.
Lamentablemente, su esfuerzo será en vano si paralelamente tiene a la gente de su propio gobierno haciendo campaña para cambiar la Constitución, teniendo como uno de sus objetivos prioritarios destruir (porque no creen en él ni les agrada en absoluto) el modelo económico actual, ese que no solo le ha permitido al Perú crecer como nunca antes en su historia, reducir considerablemente la pobreza y expandir su clase media (sin inflación, con una moneda fuerte, acumulando reservas y con mínimos déficit fiscal y deuda), sino también es aquel en el que creen y confían los inversionistas de todo el mundo. Con esos saboteadores en su propio entorno, muy poco podrá lograr Francke. La gran inversión no llegará, o llegará en niveles muy inferiores a los que el país necesita.
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