La decisión del Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, de ampliar la investigación preliminar contra Pedro Castillo, por la presunta comisión de los delitos de organización criminal, tráfico de influencias agravado y colusión agravada, es el primer paso serio que da la justicia, reparando la vergonzosa actitud de la anterior titular de la entidad.
Era inaudito que la entidad responsable de perseguir el delito no hiciera prácticamente nada frente a los escandalosos casos en los que parece estar involucrado el referido personaje, y que la prensa libre, cumpliendo con su deber, no deja de sacar a la luz casi a diario.
Las anteriores dudas están dejándole el paso a las certezas, con imputaciones graves que según los entendidos ameritarían varias décadas de prisión. Por ende se tiene que acelerar las investigaciones e intensificarlas, para que el país pueda tomar cuanto antes las medidas que correspondan, pues si los indicios de que Castillo realmente lidera una organización criminal se acrecientan a un nivel irrefutable sería absurdo mantenerlo en el poder.
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