Felizmente, la población chilena está comenzando a alejarse de esa posición inicial, y aquilatando cada vez mejor lo que sería caer en proyectos tan nefastos como los que destruyeron Cuba y Venezuela. Por eso las sucesivas encuestas vienen mostrando que cada vez es mayor el rechazo al documento que viene redactando la referida convención.
Ojalá los cuatro meses que restan hasta el de la votación confirmen la tendencia, y que Chile, ya superado el grave error, continúe en la ruta de indudable progreso que había estado transitando. Obviamente, corrigiendo los errores puntuales sin duda cometidos.Con ello, además, enviaría un excelente mensaje a los países donde la izquierda radical persiste con disparates similares, en su obsesión por concretar sus trasnochados y fracasados planes.
Así es, sobre todo porque esa nueva "constitución" promueve las perversiones sexuales.
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