viernes, 8 de marzo de 2024

Argentina y el Modelo Monetario Peruano

El presidente argentino Javier Milei ya había mencionado al modelo económico peruano durante la campaña electoral.

Había sido en el específico tema de la construcción de infraestructura, en el marco de su propuesta de paralizar totalmente la obra pública, por considerarla fuente de enormes negociados y corrupción en su país.

Milei había propuesto construirla recurriendo a la inversión privada, con un esquema de concesiones como el puesto en marcha en Chile, luego asiduamente empleado por el Perú, que lo mejoró agregándole detalles como el de los "way outs", a los que se se refirió continuamente.

Pero en el tema de la dolarización, uno de los ejes de su propuesta, más bien se había decantado por un esquema como el ecuatoriano o el salvadoreño, con preferencias cada vez mayores hacia este último. Ello iría acompañado del cierre del banco central.

Sin embargo, el desarrollo de los hechos, con un repunte del valor del peso por efecto de las adecuadas medidas adoptadas hasta la fecha, y las objeciones que le están siendo planteadas por el FMI y otras instancias, lo estaría llevando a alejarse de su propuesta original y considerar cada vez con más interés un modelo como el que nuestro país puso en práctica en la década de 1990. Uno en el cual se estableció la libre convivencia del sol y el dólar, con total libertad para que la población emplee cualquiera de las dos monedas en sus transacciones.

La revista The Economist ya se había referido al tema, en un artículo de hace dos semanas titulado "Lo que Javier Milei podría aprender de los éxitos económicos peruanos".

Allí señala que a pesar de la enorme inestabilidad política peruana, "su moneda el sol es un faro de estabilidad. Durante mucho tiempo ha sido la más sólida de Sudamérica. Frente al dólar fluctúa esporádicamente, pero sigue valiendo lo mismo que en 1999.

Y en el mismo sentido se pronunció anteayer el analista argentino del vídeo adjunto, quien, además de mencionar (minuto 0:20) lo exitoso que viene siendo el modelo peruano, señaló que en su país ello implicaría la convivencia del peso y el dólar.

Ese modelo le deparó al Perú una gran estabilidad y le permitió crecer sostenidamente, sin perder su moneda ni su capacidad de hacer política monetaria, como la anticíclica que le permitió recuperarse rápidamente de la brutal caída productiva generada por el COVID o la que le permite responder a eventuales presiones inflacionarias o a inquietantes movimientos de las tasas internacionales de interés.

Pero para optar por ese modelo el Perú tuvo que dictar estrictas normas a niveles constitucional y de la ley orgánica del banco central, por las cuales este quedó totalmente prohibido de financiar al estado, impidiéndole con ello incurrir en déficits. Esa exigencia, que fue vital para nuestro éxito, tendría que ser mucho mayor en el caso de Argentina, país en el cual la irresponsabilidad fiscal y monetaria ha batido todos los récords y se ha enraizado en la mentalidad de gran parte de sus políticos como un verdadero cáncer.

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