La medida se enmarca en el proceso de liberalización de la economía, y en el objetivo de incrementar su eficiencia y competitividad. Por ende, estaba prevista desde hace buen tiempo. Pero, con un buen sentido de la oportunidad, se dictó en un momento de elevación de varios precios y de la caída del tipo de cambio. Gracias a ella, se facilita el ingreso de productos importados más baratos, con lo cual se logra el doble propósito de atenuar las alzas de precios y fortalecer el dólar, al permitir que salga del país parte del abundante stock de dicha moneda.
La reducción, que comprende 4,224 partidas arancelarias (57.5% del universo), ha simplificado el esquema de tasas, pues los niveles de éstas se han reducido de cinco a cuatro (0%, 9%, 17% y 20%). Además, ha eliminado por completo las tasas de un buen número de partidas. Con ello, la tasa promedio baja desde 8.0% a 5.8%. Pero lo más importante es que la tasa efectiva, que se calcula según la ponderación de las partidas de importación, se sitúa ahora en apenas 3%, mostrando que la economía peruana ya registra un muy elevado nivel de apertura, como lo revela el hecho de que el 70% del valor total de las importaciones tiene ya un arancel de 0%.
La nueva medida también atenúa la dispersión, que pasa de 7.6 a 6.2 puntos.
Las reducciones más significativas se han dado en los rubros de alimentos, bienes de capital, materiales de construcción y libros, que ahora tienen una tasa de 0%.
La reducción para los alimentos, como el arroz, los lácteos, los fideos y el azúcar, se llevó a cabo para contrarrestar el alza internacional de sus precios, que estaba provocando presión inflacionaria interna. Por ello se dispuso que su arancel pasara de 20% a 9%.
La de los materiales de construcción, como el cemento, se hizo para prevenir cuellos de botella y alzas derivadas del espectacular crecimiento de la construcción. Por ello, su arancel pasó del 12% al 0%. Similar variación se dispuso para los libros.
La reforma arancelaria fue saludada por muchos analistas y algunos gremios, entre ellos la CONFIEP y la Sociedad de Comercio Exterior, los cuales concordaron en que promueve la productividad y competitividad, al permitir la importación de insumos y bienes de capital más baratos, y favorece a los consumidores, al facilitarles menores precios en los rubros de carnes, lácteos y electrodomésticos.
A partir de ahora, las grúas pórtico -como las que se instalará en el Callao- ingresarán al país sin pagar aranceles. También los libros.
Pero, como era de esperar, la medida fue cuestionada por otros. El ex ministro de economía Kuczynski, por ejemplo, dijo que era inoportuna, dada la caída del dólar, que ya venía incentivando las importaciones. La Sociedad Nacional de Industrias, la Asociación de Exportadores y la Cámara de Comercio de Lima consideraron que propiciará la invasión de productos importados, poniendo en graves dificultades a la agricultura y a diversas ramas industriales (entre ellas la metalmecánica y de cemento), atentando así contra el empleo y la recaudación fiscal, pues el Estado dejará de percibir US$ 280 millones al año. Señalaron que los únicos beneficiados serán los grandes importadores, particularmente aquéllos de la minería. También manifestaron que provocará informalidad, y restará capacidad negociadora al país, pues al haber decretado una rebaja o eliminación unilateral de sus aranceles, quedará con menos armas de cara a los tratados de libre comercio.
Lo más grave, según ellos, es que estableció una protección efectiva negativa para diversos sectores industriales, al haber reducido el arancel del producto terminado, pero no el del insumo, favoreciendo con ello al productor extranjero, en detrimento del nacional.
Cabe puntualizar, como lo hiciera el destacado economista Daniel Córdova, que este problema no se hubiera presentado si se hubiera optado, desde un principio, por una tasa flat (plana), igual para todas las partidas arancelarias, fueran éstas de insumos o de productos terminados. Con aranceles escalonados, como los actuales, siempre existe el riesgo de la protección negativa, pues el producto terminado de un productor nacional muchas veces es insumo para otro.
Felizmente, el problema se resolvió, no restituyendo las tasas anteriores a los productos terminados, sino reduciendo las tasas de los insumos. Así, la protección negativa desapareció.
Nota de Prensa del Ministerio de Economía y Finanzas: http://www.mef.gob.pe/PRENSA/notaprensa/NP_Aranceles_13102007.php
Lectura recomendada: http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-10-19/Los_aranceles_en_debate.html
Como lector empedernido, me alegra que bajen de precio los libros.
ResponderEliminarCon el cemento mas barato, supongo que la construcción va a entrar en auge. Estoy de acuerdo con la reducción de aranceles.
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