En el 2016, el Perú efectuó exportaciones por US$ 36,838 millones. De ese total, el 70.6% correspondió a productos tradicionales, y el 29.1% a no tradicionales (el 0.3% restante corrió a cargo de otros productos).
Eso significa que los productos no tradicionales, aquéllos que más nos interesan, porque difieren de la clásica canasta exportadora (de cobre, oro, plata, plomo, zinc, estaño, molibdeno, hierro, harina de pescado, petróleo, café, gas, etc) y suelen incorporar grados más altos de transformación y valor agregado, totalizaron (pese a una leve caída de 1.1%) importantes US$ 10,733 millones.
Entre esos productos sobresalen las uvas, cuyo monto retrocedió un poco el último año, tras varios de fuerte crecimiento, no obstante lo cual se mantienen como las reinas de nuestro listado no tradicional.
Les siguen los espárragos, que hasta hace algún tiempo dominaban este ranking, y que con sus US$ 420 millones siguen representando un importante elemento de éste.
En el tercer lugar se ubican las paltas, que tuvieron un excelente año, incrementando su monto hasta muy cerca de los US$ 400 millones.
Tras ellas se sitúan los fosfatos de calcio, y después los arándanos, que, como vimos
aquí, hace apenas cuatro años prácticamente no existían en nuestra lista de exportaciones y hoy, tras un meteórico y vertiginoso proceso de crecimiento, ya llegan a US$ 237 millones.
Otros con muy notables avances son los productos de zinc (27.4%), los alimentos para camarones (20.4%) y el etanol (42.8%).
Ojalá el 2017 sea un año de consolidación de todos ellos, y de rutilante aparición de otros, para que en conjunto contribuyan a diversificar cada vez más la cartera de lo que le ofrecemos al mundo.
Foto: Andina
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