Allí ratificó los principales lineamientos de ésta (una mayor inclusión social, crecimiento con estabilidad, mejora de la productividad y competitividad de la economía, aumento de los ingresos fiscales permanentes, ampliando la base tributaria, y mejora de la calidad del gasto público a través del Presupuesto por Resultados).
Además, estableció una Declaración de Política Fiscal y una Declaración de Política Tributaria, para mantener una senda sostenible de gastos, obtener un superavit fiscal en torno del 0.6% del PBI, evitar una posición fiscal demasiado procíclica, mantener la deuda pública en un nivel sostenible, aumentar los ingresos fiscales permanentes y potenciar la capacidad de absorción del sector público para invertir eficientemente los recursos públicos.
Teniendo eso en cuenta, hizo una serie de estimaciones para los principales indicadores. Pero la crisis externa viene afectando a varios de ellos. Las exportaciones, por ejemplo, se han reducido considerablemente, afectando, a su vez, la tasa de crecimiento del producto, el resultado fiscal y otros importantes indicadores.
Tal situación ha obligado al MEF a estimar nuevas cifras, las cuales han sido publicadas hace tres días en el nuevo texto del MMM 2014-2016. Son las siguientes:
En el recuadro rojo, los datos revisados (hacer click para ampliar)
Para empezar, se estima que las tasas de crecimiento de la economía mundial serán menores que las inicialmente previstas en cada uno de los años que van desde el 2013 hasta el 2016. Lo mismo se prevé para nuestros principales socios comerciales. En el caso de Estados Unidos, sólo ha habido una revisión a la baja para el presente año, pues para los siguientes se mantienen las previsiones. También hay una leve baja para China, cuyos crecimientos estimados han pasado de 8% a 7.5%. En cambio, en la zona del euro sí hay una notoria baja de estimaciones en casi todos los años del período.
En cuanto a los precios de nuestros principales productos de exportación, el pesimismo es generalizado. Así, se espera que los del oro y el cobre sean menores a los previstos en los cuatro años en evaluación. Los del plomo y el zinc, en cambio, se mantendrían en los niveles previstos en el anterior documento.
El precio del petróleo, por su parte, se incrementaría en relación a lo previamente estimado, lo que obviamente no es una buena noticia, teniendo en cuenta que es un commodity que importamos.
Para la inflación, ha habido una revisión al alza, pero sólo para el presente año. Para los siguientes, se espera que se sitúe en la tasa de 2% estimada con antelación.
Para el tipo de cambio, ya no se espera que se ubique en un nivel promedio de 2.50 soles por dólar, sino en uno de 2.75 en el presente año y de aproximadamente 2.70 en los siguientes.
En cuanto a los términos de intercambio, que reflejan el efecto neto de los movimientos de precios de las exportaciones e importaciones, se estima que serán más desfavorables que los inicialmente previstos, especialmente este año y el siguiente.
Inversión privada: megaproyecto de Toromocho, próximo a producir cobre.
El producto bruto interno (PBI), que se había estimado crecería entre 6 y 6.3% este año y entre 6 y 6.5% los tres siguientes, variaría sólo entre 5.5 y 6% y entre 5.8 y 6.3%, respectivamente.
Esto ocurriría especialmente por un incremento de la inversión privada menor al inicialmente previsto. Sin embargo, el nivel de ésta seguiría siendo importante, de la mano de los importantes proyectos en camino de ejecución. La inversión pública, por su parte, sería en el presente año y el siguiente levemente mayor a la estimada antes, en concordancia con el plan de estímulo contracíclico puesto en marcha por el gobierno. Todo ello contribuiría a que la inversión total (pública más privada) se ubique en un importante nivel de entre 28% y 30% del PBI. El consumo, por su parte, dando muestras de su fortaleza, sólo sería levemente menor al estimado hace unos meses.
Las exportaciones serían aproximadamente 7% menores a las anteriormente previstas para cada uno de los años considerados. Ello incidiría en una balanza comercial que, a diferencia de lo estimado antes, sería negativa este año (registrando el primer déficit en más de una década) y el siguiente, en tanto que en el 2015 y 2016 sería mucho menos superavitaria que lo previamente proyectado. También propiciaría una cuenta corriente más negativa en el 2013 y 2014.
La desaceleración de la economía y la disminución de las exportaciones llevarían a que los ingresos corrientes y la presión tributaria sean menores a los previstos en mayo. El superavit primario, que había sido estimado en 1.6% del PBI para este año, sería de sólo 1.4%, en tanto que en los tres años siguientes ya no sería de entre 1.4 y 1.5%, sino de entre 0.9 y 1%.
La menor disponibilidad de recursos por las circunstancias mencionadas daría lugar a que las relaciones deuda pública externa/PBI y deuda pública total/PBI sean algo más elevadas que las inicialmente previstas, aunque manteniéndose en niveles totalmente manejables.
Las estimaciones reseñadas han sido elaboradas tomando en cuenta el escenario aún incierto que prevalece actualmente. Pero podrían tornarse más optimistas si algunas señales actuales, como una cierta recuperación de las economías de Estados Unidos y los principales países europeos (Alemania y Francia), y la reciente mejoría de los precios de los metales, se hacen más claras y consistentes. Lo mismo podría ocurrir si las medidas contracíclicas puestas en marcha (reducción del encaje, incremento de la inversión pública) comienzan a reflejarse en una cierta aceleración de la actividad productiva en los siguientes meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario