viernes, 1 de noviembre de 2013

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Calificación Crediticia (a octubre del 2013)

La reciente mejora del rating crediticio peruano por parte de la agencia Fitch constituye, sin duda, una buena razón para volver a referirnos a este importante tema en nuestra sección de rankings latinoamericanos.

Como sabemos, la calificación crediticia se determina tomando en cuenta la que las agencias (Standard & Poor's, Moody's y Fitch) asignan a los bonos soberanos de largo plazo en moneda extranjera emitidos por el país analizado. Una más alta indica más sólidos fundamentos y mejores cifras en los múltiples aspectos considerados en la evaluación, lo que se refleja en una mejor capacidad de pago de la deuda. Y siendo así, incrementa la probabilidad de que sus emisiones de bonos en los mercados internacionales de capital se efectúen exitosamente, tanto en lo que atañe a demanda, como a tasas de interés y plazos. Es decir, contribuye a que el país obtenga mejores condiciones de financiamiento, las que luego se traducen en los créditos que las empresas y personas reciben localmente. Pero eso no es todo: una mejor calificación crediticia también genera más confianza a los agentes económicos internos y externos, propiciando el incremento de las vitales inversiones.

Los datos que siguen, provenientes de las páginas oficiales de las agencias calificadoras, muestran en color verde a los países con grado de inversión, y en anaranjado a los que aún son considerados meramente especulativos. El cuadro también indica la perspectiva del país en el tema, la cual va desde Positiva (+) para aquéllos cuyos indicadores económicos y financieros hacen prever una pronta mejoría de su rating, hasta Negativa (-), asociada a indicadores relativamente débiles, anunciadores de un probable downgrade.

El ordenamiento lo hemos llevado a cabo según la calificación promedio obtenida por cada país, considerando los ratings asignados por las tres agencias.

Como era de esperar, no hay muchos cambios respecto del cuadro que publicamos en agosto, pues desde entonces únicamente variaron su calificación Argentina, Ecuador y el Perú, en tanto que variaron su perspectiva Brasil y Costa Rica.

Chile se mantiene firme como el país latinoamericano de mejor calificación, en mérito a su estabilidad de largo plazo, su importante tasa de crecimiento y la solvencia de sus indicadores, que se traducen en una muy buena capacidad de pago de sus obligaciones. Su mejor calificación es la asignada por S&P, que lo sitúa a sólo tres escalones de la categoría máxima, la triple A.

Con el upgrade que le acaba de otorgar Fitch, el Perú se puso a la par con México. Mientras que nuestro país lleva la delantera en opinión de S&P, el país azteca la lleva en opinión de Moody's, y ambos igualan según Fitch. No obstante, considerando que esta última agencia tiene al Perú con perspectiva positiva, se espera que en un plazo no demasiado largo lo promueva al nivel Baa1, con lo cual pasaría adelante en la puntuación global. Si bien México tiene fundamentos macroeconómicos tan sólidos como los nuestros, el Perú tiene la ventaja de un crecimiento mucho mayor, que, al ser fuente de recaudación fiscal, sólidas finanzas públicas y capacidad de pago de la deuda, influye muy positivamente en la calificación.

Luego se sitúa Brasil, que afronta problemas, reflejados en un crecimiento bajo y una pertinaz inflación. Tales factores, así como la lentitud en la aplicación de reformas estructurales de modernización, están incrementando el pesimismo respecto del corto y mediano plazos, y reflejándose en la calificación. Así, mientras que S&P le redujo en mayo su perspectiva de estable a negativa, Moody's se la acaba de reducir en octubre de positiva a estable.

En los tres siguientes puestos figuran Panamá, Colombia y Uruguay, con el último de los cuales se cierra el grupo de países con triple grado de inversión.

Costa Rica, que sólo tiene un grado de inversión otorgado por Moody's, acaba de sufrir un deterioro de su perspectiva por parte de esta agencia, que, luego de evaluar su desempeño reciente y sus fundamentos, la ha llevado de estable a negativa.

En los países que siguen, los únicos cambios respecto de nuestro anterior informe los constituyen los de Ecuador, que en octubre recibió una mejora de calificación (de B- a B) por parte de Fitch; y Argentina, que en setiembre vio desmejorado su rating (de B- a CCC+) por parte de S&P.

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