En el comercio exterior, como la actividad económica que es, también se aplica tan fundamental regla. Tratándose de las exportaciones, es menester evitar que éstas se basen en un único producto o en una reducida canasta de productos, pero también que se orienten exclusivamente a un único o a pocos mercados. Lo primero expone al país a sufrir caída de sus ventas externas si disminuye el precio de los pocos productos que exporta. Lo segundo lo deja a merced del desempeño económico de su único o sus escasos compradores.
Hoy veremos la situación de la región en este último aspecto, el de la concentración geográfica de sus exportaciones, valiéndonos de los datos que acaba de publicar, en su Estudio Económico 2014, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Las cifras, correspondientes al promedio de los años 2010 al 2012, indagan acerca de los países o zonas geográficas hacia los cuales se dirigen las exportaciones de bienes de los países latinoamericanos. Nosotros hemos considerado los tres principales, pues bastan para tener una clara idea del nivel de concentración. El ordenamiento lo hemos efectuado de mayor a menor, según el peso (porcentaje del total de exportaciones) del primer bloque o país de destino. Cuanto más arriba se halla un país en el ranking, más concentradas están sus exportaciones, y por ende más riesgo afronta esta actividad.
Por mucho, el país con mayor notoriedad en este aspecto es México, que en el periodo bajo análisis destinó a su vecino Estados Unidos un considerable 78.7% de sus exportaciones. Si bien con ello aprovecha adecuadamente su libre acceso al mercado más grande del mundo, padece las consecuencias de una dependencia tan enorme, lo que se demuestra cuando dicho socio debilita su crecimiento.
Panamá y Bolivia también tienen envíos fuertemente concentrados en una sola región, en este caso la latinoamericana, a la cual exportan más del 60% de sus montos totales. En el caso del país istmeño, sus principales mercados regionales son los muy cercanos de Venezuela y Colombia (a los cuales abastece desde su Zona Libre de Colón), en tanto que en el del país altiplánico lo son Brasil y Argentina, a los cuales provee de abundante gas natural.
Paraguay y República Dominicana son otros dos países que destinan más de la mitad de sus ventas externas a un solo país o región, el primero a América Latina (básicamente sus dos grandes vecinos del Mercosur) y el segundo a Estados Unidos. Otros que también tienen como principal socio a la gigantesca potencia norteamericana son El Salvador, Honduras, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Venezuela, estos dos últimos pese a su fuerte retórica contra aquel país. Sin embargo, en el caso venezolano se advierte, al comparar con datos previos, una sostenida reducción en el porcentaje, por efecto de la creciente producción petrolera norteamericana, que le está permitiendo depender cada vez menos de proveedores externos.
Argentina, en cambio, se concentra principalmente en nuestra región, a la cual exporta más del 40% de su monto total. Pero esa fuerte dependencia, principalmente de su vecino y socio del Mercosur, Brasil, la afecta sobremanera, sobre todo en períodos como el actual, en el que dicho país viene atravesando una fuerte desaceleración.
Chile, Brasil y el Perú son los países con la menor concentración geográfica exportadora. Nuestro vecino del sur diversifica bastante bien sus exportaciones entre China, América Latina y la Unión Europea (en ese orden), en tanto que Brasil lo hace otorgando más bien una cierta preferencia a la Unión Europea, aunque con porcentajes bastante cercanos para con América Latina y China.
Nuestro país, como se comprueba en el cuadro, es el más seguro en esta materia, con la menor concentración geográfica, y con porcentajes casi idénticos para sus tres principales destinos (América Latina, la Unión Europea y China), ninguno de los cuales representa siquiera el 20% de sus ventas totales.
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