Es que Proinversión, la estatal agencia especializada, que con manejo técnico y serio viene promoviendo el flujo de la inversión privada nacional y extranjera a grandes proyectos en múltiples rubros, está comenzando a incorporarlo en sus análisis y evaluaciones.
Hay razones de sobra para tomar en serio a Corío. La principal es que tendría una enorme profundidad de 28 metros, muchos más que los 17.8 de Chancay y los 16 del Callao. Eso le permitiría recibir cómodamente a los buques más grandes del mundo, de todos los tipos y a plena carga.
Otra razón es que se halla en una excelente ubicación, cerca de una zona de gran producción minera y agropecuaria, e interconectada con Bolivia, cuyo comercio extender podría atender fluidamente.
Además, sería el puerto peruano mejor posicionado para atender a Brasil, país que busca agilizar sus cuantiosos envíos de soya y otros productos agrarios, mineros y de otros rubros a China y toda Asia. Para ello se requeriría mejorar el actual sistema de carreteras y construir una vía férrea que llegue desde allí buscando la ruta más idónea.
El proyecto contempla, para complementar al puerto, una gran zona comercial e industrial, con todo tipo de infraestructura e instalaciones. Para ello el gobierno regional ya ha reservado un área de 1,127 hectáreas, más grande que la actualmente contemplada para Chancay.
Proinversión ya firmó un convenio con la APN, para llevar a cabo un estudio de demanda que determinará su viabilidad y necesidad. De haber confirmación, ingresaría a una etapa mucho más expectante, concitando un generalizado interés que lo apuntalaría fuertemente. La inversión estimada para la primera etapa sería de US$ 7 mil millones.
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