Sin duda, el dato más relevante ha vuelto a ser el del crecimiento del PBI en mayo, que confirma que la ansiada recuperación, tras un largo enfriamiento e inclusive leve retroceso, se va haciendo realidad, y con ello la probabilidad de crecer 3% (o más) al cierre del año.
Otro buen dato está dado por la inflación, que, para felicidad de la población, continúa ubicada levemente por debajo del centro del exigente rango meta (de 1% a 3%) establecido por el BCR.
Inclusive en el tema fiscal, que devino preocupante en los últimos meses, hay una buena noticia, pues el déficit, que había estado creciendo sostenidamente hasta llegar al 4% del PBI en mayo, ha retrocedido levemente (al 3.9%) en junio. Es de esperar que la cada vez más evidente recuperación de la actividad productiva (de la mano de la paulatina recuperación de la inversión privada) continúe llevando al gobierno a moderar su gasto de inversión.
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