La nueva mina de cobre de Las Bambas, que cuando opere a plena capacidad será una de las más grandes del país, ya entró en producción, y con ella comenzó a cambiar el panorama de Apurímac.
En efecto, en la imagen satelital de ese departamento, uno de los más pobres de nuestro territorio, ya está delineada la nueva mina, con el tajo que se ha comenzado a explotar, el de Ferrobamba, al cual luego le seguirán los de Chalcobamba y Sulfobamba.
Pero en la vista desde lo alto también se aprecia el nuevo poblado que ha nacido de esa gigantesca inversión, de más de US$ 6 mil millones.
Se trata de Nueva Fuerabamba, localidad construida expresamente para reemplazar a Fuerabamba, que se hallaba emplazada en el lugar donde hoy se viene haciendo la explotación.
Las imágenes aéreas adjuntas, captadas por la agencia de prensa de la Presidencia de la República, la describen bastante bien.
Dado que ha sido levantada muy cerca del emplazamiento previo, no ha afectado el nexo de sus pobladores con sus tierras y su entorno.
Pero lo mejor es que tiene todas las comodidades y servicios propios de una ciudad moderna.
Para atender a los moradores de las 240 viviendas allí construidas, dispone de una cuna-guardería, un centro de educación inicial y un centro escolar de primaria y secundaria.
También cuenta con un mercado, un centro de salud, un taller ocupacional, un taller de artesanía, un salón comunal, dos iglesias, un puesto de auxilio rápido, un anfiteatro y un museo.
Asimismo, una alameda central, una plaza principal, amplias calzadas, un parque zonal, una terminal de buses y losas deportivas.
Como vemos, Las Bambas no sólo ha tenido en cuenta su propio desarrollo productivo como una de las más importantes minas del país. También ha tenido muy presente el interés de los cientos de pobladores a los que acabamos de referirnos, compensándolos de una manera que, tal como señalan los acuerdos firmados, les pareció satisfactoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario