Ello viene ocurriendo, por ejemplo, en el dato inflacionario, que, luego de haber alcanzado niveles preocupantes, comienza a descender y normalizarse, exceptuando, claro, a los países que, por estar afrontando desequilibrios internos, tienen serias dificultades para contener el fenómeno.
El país con la inflación anual más baja es México, con una tasa de 2.54% que se ubica dentro del rango meta establecido por su banco central, que va de 2 a 4%.
Luego se ubica Chile con una tasa anual de 4.2%, y una mensual que sigue en línea con las de los primeros meses.
Colombia figura en cuarto lugar, con una cifra anual elevada, pero con una mensual que implica un notable retroceso frente a las de los meses anteriores.
Brasil, por su parte, registró en abril una tasa mayor que la de marzo, y con ello acumula una de 9.28% en el cómputo anual.
En los dos últimos lugares se sitúan Argentina y Venezuela. El primero de esos países, además de estar embarcado en un severo programa de ajuste que sin duda le reportará mejoras a mediano plazo en cuanto a estabilidad macroeconómica, aún no presenta cifras recientes, por cuanto también se halla en un intenso proceso de reconstrucción de su organismo estadístico, el Indec, cuya credibilidad quedó gravemente dañada por el gobierno anterior.
Venezuela, por último, con su economía sumida en un mar de distorsiones y desequilibrios, sigue sin soluciones a la vista para su enorme inflación, que el año pasado, según las poco fidedignas cifras del gobierno, llegó a 180.9%, y que este año, según el FMI, rondaría el 700%.
Nota: el cuadro y el texto de este artículo fueron modificados el día 9 de mayo, para considerar el más reciente dato de México, emitido ese día por el INEGI.
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