Y se tuvo parcial éxito, pues al término de ese quinquenio gubernamental ya se habían incorporado al nuevo esquema más de 50 mil maestros, desoyendo las consignas del radical y politizado SUTEP, sindicato que por décadas se había opuesto a cualquier reforma que le quitara su capacidad de manipular al magisterio.
Lamentablemente, ese auspicioso avance se vio retrasado porque, al asumir el mando en el 2011, el gobierno actual cuestionó muchos de los alcances de la ley, que fue dejada en suspenso durante un año y medio, mientras se le revisaba y hacía ajustes.
Finalmente, en noviembre del 2012 se promulgó la nueva Ley de Reforma Magisterial (Ley 29944, reglamentada en mayo del 2013), que felizmente no contradice el fundamento principal de la anterior (la meritocracia), sino únicamente hace añadidos (como el incremento de las escalas magisteriales de cinco a ocho) que no alteran su esencia.
En esta línea de sucesos, y como para llevar a la práctica lo que señalaba la norma, a inicios del 2014 se tomó examen a más de 160 mil docentes, con el objeto de cubrir las vacantes existentes en todo el país. Éste no mostró buenos resultados en cuanto a las capacidades de los postulantes, pero confirmó que existía la voluntad, de todas las partes, de seguir con el objetivo meritocrático.
Luego, en setiembre del mismo año se aplicó una primera prueba de ascenso, en la que los examinados tuvieron que responder acerca de conocimientos de los estudiantes, conocimientos de la didáctica y conocimientos de la especialidad. En ella participaron 130 mil maestros, de los cuales 25 mil lograron su objetivo de ser promovidos a las escalas III, IV, V y VI, lo que les significó incrementar en 40% sus remuneraciones. Si bien el evento fue una nueva comprobación del bajo nivel de nuestro magisterio, también constituyó, y eso es lo más importante, un paso adicional en el afán de seguir mejorando.
Resultados del ascenso: arriba, a las escalas quinta y sexta; y abajo, a la tercera y cuarta
Este domingo habrá una segunda prueba de este tipo, en la que los miles de profesores que no tuvieron éxito en la primera tendrán una nueva oportunidad de ser reubicados, y ganar hasta 2,487 soles (poco más de US$ 800) mensuales. Otros miles, con nombramiento interino, intentarán acceder a uno definitivo, para lo cual rendirán una prueba de conocimientos de su especialidad y otra de comprensión de textos.
En diciembre del año pasado ya hubo, también, una prueba para directores y subdirectores que fue aprobada por más de 3 mil.
Lo reseñado se inscribe en la política del excelente ministro actual, cuya visión del sector pone énfasis en cuatro aspectos clave: la revalorización de la carrera docente, la modernización y potenciación del rol del director, la mejora de la currícula y métodos de aprendizaje y el cierre de la enorme brecha de infraestructura.
Acerca del primer aspecto se viene dando pasos como los aquí descritos, incentivando al profesorado a que se capacite adecuadamente, para que sea esa mayor calificación, y no otra razón, la que incremente su nivel remunerativo.
En el segundo, la idea es propiciar funcionarios que sean líderes y gestores de sus escuelas, manejándolas no como meros representantes de la burocracia estatal, sino con criterio gerencial y más atribuciones y responsabilidades, interesándose vivamente en sus problemas, para resolverlos con autonomía, presteza y decisión, y con el incentivo pecuniario que corresponde a una buena gestión.
En el tercero, se ha dado pasos como el incremento en dos del número diario de horas de clase, el mayor énfasis en la enseñanza del inglés (con la idea de que en el 2021 esté presente en todas las escuelas públicas del país), y la entrada en funcionamiento de trece Colegios de Alto Rendimiento (COAR), que buscan replicar las funciones del Colegio Mayor (hoy considerado a la par de los más encumbrados y caros colegios privados) en sendas regiones del país.
En lo que atañe al cuarto, se ha planteado incrementar anualmente la participación del sector educación en el producto bruto interno, con el objetivo de que pase del actual 3.5% a 6% en el año 2021. Una clara muestra de la decisión y eficiencia ministerial en tal sentido es que el año 2014 empleó casi totalmente el presupuesto sectorial destinado a infraestructura escolar, tanto en construcción como en reparaciones y equipamiento. Y por si fuera poco, se está afanando en conseguir la mayor participación posible del sector privado en esta gran cruzada educativa.
Foto: Ministerio de Educación
Otro factor que se debería a tener en cuenta, y que incluso considero de mayor importancia es la calificación que de estos maestros deben hacer los alumnos y padres, ya que un maestro puede ser una persona inteligentísima, pero si no sabe llevarse bien con sus alumnos o no sabe instruir, de nada sirve tanto conocimiento.
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