Esas exitosas cifras se deben en gran medida a las actividades que ha venido llevando a cabo el ministerio a cargo, el MINCETUR, haciendo posible la concreción de numerosos TLC, promoviendo intensamente la marca país, difundiendo a nivel internacional las virtudes de nuestra formidable gastronomía, y ayudando a organizar aquí y en el extranjero eventos de gran nivel (cumbres de la APEC, reuniones conjuntas del FMI y el BM, COP 20, Juegos Panamericanos, etc), que han realzado notablemente nuestra imagen de país pujante que aspira a la modernidad y al desarrollo, en el marco del fortalecimiento de sus relaciones con el mundo entero.
Pero ahora, en una propuesta absurda, el gobierno ha planteado desaparecer la entidad, para que las actividades que administra (que generan cuantiosos ingresos al país, y que por ello y por su gran relevancia de todo orden ameritan de sobra que se mantenga y consolide el referido status) pasen a ser asumidas por otros sectores.
Como era lógico y previsible, sus ex titulares han lanzado un enérgico comunicado oponiéndose frontalmente al nuevo disparate del gobierno, que en lugar de intentar demoler lo que evidentemente funciona de manera adecuada y anunciar despropósitos que repletan de incertidumbre política al país y de nerviosismo al mercado debería concentrarse en designar funcionarios de nivel siquiera aceptable y en intensificar el proceso de vacunación, que venía funcionando bastante bien con el anterior gobierno pero al parecer estaría cerca de verse afectado.
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