En los últimos meses, la mayoría de las siete más grandes economías de América Latina las han estado incrementando, debido a las presiones inflacionarias surgidas a raíz del gran gasto fiscal en que tuvieron que incurrir el año pasado en el afán de contrarrestar los efectos de la pandemia.
Los últimos ejemplos al respecto los acaban de dar el Perú y Chile. Nuestro país la aumentó hace seis días de 1.00% a 1.50%, para quitarle fuerza a una alza de precios que felizmente se ha comenzado a atenuar. El país sureño, por su parte, hoy la elevó considerablemente, de 1.50% a 2.75%, alarmado por el tremendo salto de la inflación en septiembre, con un dato mensual de 1.18% que acaba de llevar el anual a 5.34%, muy por encima del techo de su rango meta (que va del 2% al 4%).
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