martes, 9 de junio de 2020

Para Contingencias, la Línea de Crédito del FMI

Los países que no gestionan adecuadamente sus finanzas públicas, y gastan más de lo que perciben como ingresos, casi indefectiblemente terminan abrumados por grandes déficits fiscales.


Y estos, además de ser la causa principal de la temible inflación (germen de problemas en todos los ámbitos de la economía) debilitan la capacidad de pago de la deuda y propician que se cierre el acceso al fundamental crédito internacional.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene como una de sus funciones apoyar a los países con problemas de ese tipo, siempre que adopten las medidas de ajuste que permitan volver a poner orden en sus economías.

Debido a la irresponsabilidad de sus gobernantes, el Perú estuvo hasta fines de la década de 1980 casi permanentemente abrumado por problemas como el mencionado. En esas circunstancias, varias veces tuvo que recurrir al FMI, previo sometimiento a sus condiciones para establecer y mantener una economía sana.

Actualmente, la situación es totalmente distinta, pues nuestro país, con sus cuentas en orden, sin el menor problema para pagar sus deudas y con un amplio acceso al crédito internacional en condiciones muy concesionales, no necesita recurrir al FMI para que le lance ningún salvavidas ni poner en marcha ningún duro programa de estabilización.

Más bien el organismo le pone a su disposición, a su solo pedido, sin ninguna condición ni requerimiento especial, cuantiosas sumas de dinero. El más reciente ejemplo al respecto son los US$ 11 mil millones que le acaba de facilitar mediante una línea de crédito flexible, para que los emplee, si así lo requiriera, en su actual batalla contra el virus.

El organismo también ha facilitado este tipo de créditos a los tres socios del Perú en la Alianza del Pacífico: México, Colombia y Chile. Son nada menos que US$ 107 mil millones otorgados a cuatro países que desde hace mucho tiempo llevan a cabo manejos fiscales sensatos.

1 comentario:

  1. La publicación americana Bloomberg calificaba a la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, como rock star; y el no menos conocido Wall Street Journal, la señalaba como “heroína de la lucha contra la pandemia”. En ese momento se tenía una feria de emisión de bonos peruanos. Después el Banco Mundial (BM) acaba de anunciar que la caída del PBI para este año será del 12%, la caída del PBI nos colocaba entre los peores desempeños a nivel global, solo detrás de Belice y Maldivas. Se derrumbó el argumento del Gobierno de que el coronavirus era el origen de todos los males; nuestros vecinos de la región tuvieron mejor desempeño, siendo responsables de las pésimas cifras el presidente Martín Vizcarra y su ministra de Economía y Finanzas, por supuesto secundados por todo el gabinete que los acompaña.
    En este contexto se prevé que nuestra deuda se incrementará hasta 35.9 % del PBI, y que el retorno a los niveles actuales recién los tendríamos en el año 2028. El resultado será más pago de intereses y menos presupuesto para obras públicas, drama padecido durante 20 años. Nos demoramos 28 años en superarlo para volver a caer ahora.
    Conclusión: Vizcarra tiene un equipo mediocre, con el que cree que está jugando una pichanga. Ninguno tiene futuro ni aspira a nada. Están donde están por pura casualidad. Creyeron que iban a hacerla fácil comprándose el apoyo de la prensa y del frente antifujimorista y antiaprista. Hasta que llegó el virus y todos se miraron las caras.

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