En efecto, después de haber registrado durante todo el 2014 (su primer año de explotación) niveles productivos muy por debajo de las 10 mil toneladas mensuales (su promedio sólo llegó a 5,833), en enero del presente año superó por fin dicho volumen. Sin embargo, en febrero volvió a decaer, hasta las 9,181.
Felizmente, en marzo, acaba de dar un nuevo e importante salto hasta las 15,568 toneladas. Así lo detalla el último informe mensual del Ministerio de Energía y Minas y así se puede ver en el siguiente gráfico.
Ese volumen, siete veces más grande que el de similar mes del año pasado, ha permitido que la producción total de cobre del país se incremente 9.3%, y ayudado (conjuntamente con la positiva evolución en la producción de la mayoría de los restantes metales que nuestro país posee) a que el sector Minería e Hidrocarburos, recuperándose de una caída de 2.40% en febrero, avance un importante 8.73%. En momentos en que la economía nacional registra una fuerte desaceleración, tal aporte productivo de una de sus principales minas le viene de maravillas.
Además, con ello Toromocho comienza a ocupar el lugar que le está reservado como una de las principales minas peruanas, pues su nivel productivo de marzo ya superó a los de Toquepala (11,926 toneladas), Antapaccay (12,050) y Cuajone (14,840) y se ha acercado considerablemente al de Cerro Verde (19,036). La única mina que le queda lejos a la fecha es Antamina, que el mes en referencia produjo nada menos que 34,740 toneladas.
Tremenda mina, y luego viene las Bambas.
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