jueves, 29 de enero de 2015

Ventas de Autos Nuevos, con Caída en el 2014

A nuestra economía no le fue muy bien en el 2014, y eso se pudo ver en múltiples ámbitos, por ejemplo el de ventas de vehículos nuevos. Así lo señalan las cifras recientemente publicadas por la Asociación de Representantes Automotrices del Perú (ARAPER), según las cuales el número total de dichas ventas descendió, no de manera dramática, pero sí significativa, frente al observado el año 2013.

La cantidad fue de 187,081 unidades, que en comparación con las 201,326 contabilizadas el año anterior representó una disminución de 7.1%. La cifra, que también es menor a la del 2012 (190,761), constituye la segunda disminución en los últimos trece años, período de fortísimo crecimiento, y en el cual sólo se había producido retroceso en el difícil 2009. Lamentablemente, en el 2013 se comenzó a perder velocidad y ahora se registró una caída.

Por tipos de vehículos, la mejor evolución estuvo en los denominados ligeros (autos, station wagon, Van familiares, multipropósito y SUV), que sólo tuvieron una leve declinación de 1% en sus ventas. Contrariamente, la peor correspondió a los vehículos de transporte de pasajeros (ómnibus) y carga (camiones y remolcadores), que tuvieron fuertes caídas (de 25% y 24%, respectivamente). Los vehículos comerciales livianos (microbus, minivans, pick ups, paneles y furgonetas) registraron un retroceso de 19%.

El incremento de la venta de vehículos es fundamental por los múltiples beneficios que conlleva, tanto en las familias (que acceden a un bien muy apreciado que mejora su calidad de vida) como en la actividad productiva (pues ésta puede mejorar su equipamiento con activos vitales para su desarrollo).

Las razones de la excelente evolución observada en el largo plazo han sido múltiples: el fuerte crecimiento de la economía (que ha exigido incrementar la capacidad de carga), la sostenida mejora del poder adquisitivo de la población, las crecientes facilidades crediticias otorgadas por las múltiples entidades financieras (con condiciones cada vez más asequibles para los prestatarios), la debilidad del dólar (que abarata lo que viene de afuera), la libre importación, la creciente competencia de las empresas distribuidoras, etc.

La principal causa de la disminución del último año, por su parte, fue la desaceleración de la economía, que, al afectar el ritmo de crecimiento de los ingresos, tanto de las personas como de las empresas, hizo más cautelosas a éstas en sus decisiones de consumir e invertir. Ello fue bastante evidente en sectores como la minería y la construcción, que, a raíz de la postergación de importantes proyectos, retrasaron sus inversiones en todo tipo de activos. La significativa elevación del  tipo de cambio (que encareció las importaciones, entre ellas las de vehículos) fue otra causa importante del mencionado decrecimiento.

Para el año en curso se espera una mejor cifra, de la mano de la recuperación económica (que podría alcanzar una tasa casi dos veces mayor a la del 2014) y la mejorada capacidad de consumo e inversión que ello implicará en todos los agentes económicos. Dicha recuperación se basaría en buena medida en las medidas de reactivación que viene impulsando el gobierno y en la concreción de las grandes inversiones esperadas en infraestructura y sectores claves como la minería y energía. En consideración de eso, los pronósticos más optimistas en el mercado automotor prevén un incremento de las ventas del orden del 10% (aunque los más pesimistas prevén una tasa menor al 5%).

En cuanto al aspecto comparativo, si bien el dato del 2014 no le ha permitido al Perú mejorar posiciones en el contexto latinoamericano, sí le ha hecho posible mantener su actual sexto lugar, superando holgadamente (como veremos en una nota próxima) a Ecuador, Venezuela y Uruguay.

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