Pero éste aún no había recibido la aprobación requerida en Colombia, cosa que ya había ocurrido en los otros tres países. Felizmente, en abril de este año la Corte Constitucional de ese país por fin se la otorgó, con lo cual su camino quedó allanado, y por lo tanto dentro de dos días, el 20 de este mes, entrará en vigencia.
El documento, cuyo contenido trascribimos, lo describe como un acuerdo de integración regional, y establece los lineamientos y pautas bajo los cuales operará.
Así, señala, por ejemplo, que para participar en él son requisitos esenciales la vigencia del estado de derecho, la democracia y los respectivos órdenes constitucionales; la separación de los poderes del Estado; y la protección, promoción, respeto y garantía de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
En cuanto a sus objetivos, puntualiza que son tres: construir un área de integración profunda (que lleve gradualmente a la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas), impulsar el crecimiento, desarrollo y competitividad de sus economías (para incrementar el bienestar, la equidad socioeconómica y la inclusión social de sus habitantes) y convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial y de proyección al mundo (poniendo especial énfasis en el área del Asia-Pacífico).

Como se puede ver, estas medidas constituyen una real síntesis del espíritu del acuerdo, que busca darle protagonismo al libre mercado, los libres flujos y el libre tránsito, consciente de que son los elementos que mejor impulsan a los agentes económicos y con ellos a todas las economías.

A nivel latinoamericano, la Alianza del Pacífico, conformada por cuatro de las siete economías más grandes de la región, sólo es comparable en cuanto a relevancia económica y política con el Mercosur (conformado por Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay). Pero dado que se caracteriza por promover políticas mucho más abiertas que las del otro bloque, y que sus países miembros muestran indicadores macroeconómicos mucho más positivos, es vista con ojos más optimistas y expectantes por la comunidad internacional.
Es de desear que los lineamientos generales que está estableciendo a través de este acuerdo, así como su desempeño en los hechos, le permitan llevar a cabo, de la manera más adecuada, el ambicioso objetivo integrador que persigue. De ello dependerá el nivel de bienestar de sus casi 220 millones de habitantes.
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