El gráfico adjunto nos sirve para hacer una explicación sobre el tema, comparando el riesgo de nuestro país con el que afecta, en promedio, a América Latina. Como se aprecia allí, el nuestro es ampliamente menor, tal como viene ocurriendo desde hace muchos años, debido a la elevada calidad de nuestra política económica, que nos ha convertido en el país menos riesgoso de la región, sólo por detrás de Chile.
Esa situación, con ambos niveles de riesgo moviéndose en forma casi idéntica (aunque con el nuestro varios puntos por debajo) se mantuvo sin mayor cambio en el último mes del año pasado, y también en el primero del actual. Pero a partir de mediados de febrero (conforme fueron arreciando las desagradables noticias que terminaron con la renuncia de Kuczynski), mientras el riesgo latinoamericano siguió moviéndose lentamente, el peruano (ver flecha roja) comenzó a subir con fuerza, denotando el creciente nerviosismo en los mercados.
Felizmente, el 24 de marzo se produjo el desenlace político conocido, de una manera muy tranquila y conduciendo a la pacífica asunción del presidente Vizcarra. Obviamente, esa positiva circunstancia no repercutió de inmediato en los mercados (que se mantuvieron cautelosos, a la espera de la consolidación del nuevo régimen), pero cada vez se está dejando sentir con más fuerza. Así, mientras el riesgo latinoamericano disminuyó cuatro puntos básicos desde el 28 de marzo hasta la fecha, el peruano lo hizo en doce. Y mientras el regional acaba de aumentar nada menos que diez puntos en la última semana, el nuestro lo ha hecho (ver flecha verde) en apenas uno.
Foto: Ministerio de Relaciones Exteriores
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