domingo, 25 de abril de 2021

Un Izquierdista y el Plan Económico de Castillo

El plan económico con el que se ha presentado a la campaña presidencial el candidato Pedro Castillo está generando una inmensa preocupación en el sector empresarial y productivo. 

Y no es para menos. Es que este, expuesto sin ningún margen para la duda en el documento escrito por Vladimir Cerrón, ideólogo y jefe del partido que postula a Castillo, plantea la virtual destrucción del actual modelo económico de libertades y apertura al mundo.

Por eso un importante dirigente izquierdista, Richard Arce, que conoce bien tanto a Castillo como a Cerrón, hizo estas importantes declaraciones para RPP. 

En ellas comienza haciendo hincapié en que Cerrón está sentenciado por corrupción en dos instancias y debería estar en prisión. Además señala que son inaceptables sus propuestas de disolver el Congreso y el Tribunal Constitucional, pues, como se ha visto en otros países latinoamericanos, estas suelen ser la antesala para eliminar las libertades, aferrarse al poder (meta expresamente señalada por Cerrón) y violar los derechos humanos. También dice que son inaceptables sus ideas homofóbicas, misóginas y otras en esa línea autoritaria.

Nosotros no pondremos énfasis en esos temas, que sin duda son importantes y de extrema gravedad. Nos centraremos básicamente en las  propuestas del ideario de Cerrón que tienen que ver con el tema principal de nuestro blog, el económico. Arce se refiere a ellas y las critica duramente a partir del minuto 14:50. Como para que no se diga que las preocupaciones actuales son exclusivas de tecnócratas ajenos a las necesidades del pueblo.

Por ejemplo, menciona que no se puede desconocer los tratados de libre comercio, como pretende Cerrón. Con hidalguía, Arce reconoció que en un principio él mismo se opuso a estos, pero luego comprobó que son muy positivos, como lo refleja una balanza comercial ampliamente favorable, gracias, por ejemplo, al desarrollo agroexportador que ha alcanzado el país, con productos como los arándanos y los espárragos, que generan gran cantidad de divisas y empleo. 

Tampoco se puede desconocer la propiedad privada, que es garantía para la inversión. Si se desconoce los contratos firmados por el Estado peruano con empresas extranjeras o con otros estados, el Perú será demandado por incumplimiento ante el CIADI y otros tribunales internacionales, y será objeto de sanciones. Además, el riesgo país  se disparará, y al ocurrir esto también lo hará la tasa de interés de nuestra deuda y de eventuales nuevos créditos. Obviamente, la inversión privada extranjera dejará de arribar al país, al haberse destruido la estabilidad jurídica y la confianza.

Por otro lado, Arce da en el clavo cuando menciona que muchas veces los gobiernos regionales son los generadores, con sus execrables actos de corrupción, de los problemas de pobreza o mala distribución del ingreso, de los cuales luego culpan al gobierno nacional o a las grandes empresas. Así ha ocurrido, por ejemplo, en Áncash con César Álvarez, en Cajamarca con Gregorio Santos y en Junín con el ya mencionado Cerrón. Todos ellos impidieron que los abundantes recursos (como el canon y las regalías) generados por la minería y otras actividades importantes favorecieran adecuadamente a sus poblaciones. 

A modo de complemento final de estas sensatas declaraciones de un político izquierdista que sabe cómo funciona la economía, hay que recordar que el riesgo país peruano es actualmente uno de los más bajos de América Latina, lo que significa que cada vez que nuestro país coloca bonos en los mercados internacionales, ya sea para cubrir sus requerimientos o para cambiar deuda cara por una más barata, obtiene una tasa más baja que la de la mayoría de países de la región, y plazos más largos. Esa es una de las razones por las cuales es uno de los países donde la deuda pesa menos en comparación con su PBI y el que posee la segunda mejor calificación crediticia, solo por detrás de Chile. 

También hay que recordar que la inversión privada es la que está permitiendo que nuestro país construya abundante infraestructura sin afectar el presupuesto nacional ni generar deuda. Centrales eléctricas de todo tipo, líneas de metro, carreteras, redes de telecomunicaciones e internet, puertos, aeropuertos, gasoductos, grandes edificios, grandes conjuntos habitacionales y mil cosas más, con capital que ingresa al país debido a la confianza que este inspira por su seriedad en el manejo económico y por su escrupuloso respeto a los contratos.

Logros tan valiosos como esos y muchos otros podrían perderse por cometer insensateces como las planteadas por Cerrón.

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