Indudablemente usted ha oído hablar del arsénico, y, gracias a numerosas películas del cine y la televisión, conoce que es un poderoso veneno. Lo que probablemente no conoce es que el Perú es uno de sus principales productores.
En efecto, tal como nos lo muestran los datos al año 2009 del United States Geological Survey (USGS), nuestro país es el cuarto productor mundial de este metaloide. Sólo es antecedido por China, Chile y Marruecos.
De las 53,500 toneladas producidas en el mundo el año pasado, el Perú aportó 1,500, principalmente en sus grandes minas de cobre, donde se le obtiene en la forma de sulfuros.
Si bien este mineral de color gris tiene pocos usos en su forma natural, convenientemente transformado tiene múltiples aplicaciones. Se le usa principalmente en la fabricación de preservantes para madera. Además, en la industria electrónica (en la elaboración de semiconductores y diodos), como aditivo en diversas aleaciones, como pigmento (colorante), como decolorante en la industria del vidrio, en la curtiembre y tratamiento de pieles, y en muchos otros campos. Además, se le usa, aunque cada vez menos, como insecticida y herbicida. Pese a ser muy tóxico, la industria farmacéutica, luego de neutralizar sus efectos nocivos, lo emplea para la elaboración de diversos compuestos benéficos para la salud humana.
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