Felizmente, ambos tipos de fallecimientos vienen disminuyendo con rapidez en el último mes y medio. Así, mientras a mediados de junio la cifra llegó a 950 (con unos 650 atribuibles a la pandemia) y en las primeras semanas de agosto a casi 1,000 (unos 700 por la pandemia), el 30 de septiembre se ha reducido a 450 (unos 150 por la pandemia).
Se trata, como vemos, de una evolución muy alentadora, que permite comprobar que nuestro país ya está viendo, después de un terrible sufrimiento en el que decenas de miles de compatriotas perdieron la vida, la luz al final del túnel. Es, además, una cifra que se va acercando grandemente a la oficial que publica cada día el MINSA, y que se refiere a casos categóricamente confirmados como de COVID.
Es importante tener esta información precisamente al último día de septiembre, para poder compararla con la que se genere a partir del primer día de octubre, fecha en la que, en el marco de la denominada Fase 4 de la reapertura, un gran número de actividades (entre ellas los vuelos internacionales) volverán a la vida. Ojalá la tendencia no se altere y continúe siendo tan alentadora como la de las últimas semanas.
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