domingo, 30 de mayo de 2021

La Invalorable Palabra de un Líder Antichavista

Los peruanos conocemos bien la tragedia de Venezuela, el país que quedó destrozado por el régimen de izquierda radical que inició Hugo Chávez en 1999 y ahora, 22 años después, continúa Nicolás Maduro.

Estamos enterados porque abundan las noticias lamentables al respecto, acerca de la destrucción política, social y económica que padeció el que hasta entonces había sido uno de los países más estables en lo político y con mejor nivel de vida de América Latina.

Pero también lo sabemos perfectamente porque todo el tiempo nos lo recuerdan los cientos de miles de jóvenes de ese país, que llegaron desesperadamente al nuestro huyendo de la catástrofe que estaban padeciendo y buscando ganarse la vida de cualquier manera.

Ahora podemos volver a escuchar la historia, contada por Leopoldo López, uno de los principales dirigentes venezolanos, que al igual que miles de sus compatriotas ha luchado desesperadamente por devolver la democracia a su país, pero en vano, pues siempre ha terminado aplastado, inclusive sufriendo prisión, por la satrapía que llegó para quedarse, y que no se cansa de sumir en la miseria y arruinarle la vida en todos los aspectos a la población.

Como bien dice Leopoldo López, él viene del futuro, pues en su país ya ocurrió todo aquello que podría ocurrirle al nuestro. Eso no aconteció por una guerra o un desastre natural, sino por un modelo político y la imposición de una dictadura que derivó en tiranía, y que había llegado al poder engañando a la población con la falsa promesa de una nueva constitución que resolvería todos los problemas anteriores y de toda una larga lista de propuestas demagógicas. Fue un modelo basado en ideas de dominación y opresión, de control del pueblo y de extinción de sus garantías y libertades. Un modelo centrado en la división de la sociedad, para crear conflicto y odio entre los venezolanos, según fueran de uno u otro nivel socioeconómico, raza, lugar de procedencia, actividad económica, etc.

El resultado de todo ese desastre es que hoy Venezuela, aparte de ser una absoluta tiranía, es el país más pobre de América Latina. 

Al Perú podría ocurrirle lo mismo si llegara al poder Perú Libre. Es que Vladimir Cerrón, su ideólogo e indiscutible jefe, es ferviente admirador de ese nefasto régimen, y también del castrista, y como tal pretende imponer aquí la misma desastrosa política, que destruiría nuestra democracia y nuestra economía.

4 comentarios:

  1. me haces recordar a la salsa caradura...
    tremendo escandalo hiciste con Evo por dar su opinion sobre el Peru, y eso que no puso un pie en Peru.
    Leopoldo Lopes ciudadano espanol con que se vino en jet privado desde europa asumo, por que en venezuela ya no estaba por que se fugo, dice que pagado el jet privado por una ONG de esas que no te gustan.
    Nomas memorex, leopoldo lopes tiene denuncias por corrupcion antes que exista chavez, osea desde jovencito ya era joyita.
    y a el lo vas a usar de martir de democracia.
    la Kancilleria peruana le tramito visa en una, mientras los venezolanos en peru son ilegales.
    claro es que leopoldo llega en jet privado y los venezolanos ilegales en peru llegan caminando por la frontera.
    a mal palo te arrimas desarrollo, recuerda los dinosaurios en yucatan viendo venir el meteorito y pensando, no pasa nada, todo seguira igual.
    saludos

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    1. Bueno era de esperarse de Desarrollo, ya sabemos la posición que tiene. Seguro querrá decir: 'si, la de un ferreo opositor a las dictaduras' y un bien largo etc.
      Como si el Fujimorismo fuera sinónimo de democracia. Ya solo le falta sacarle un articulo como este a la señora k.

      Si sigo entrando a este blog es solo por artículos como esto:
      http://desarrolloperuano.blogspot.com/2021/06/puente-nanay-ya-hay-tirantes-en-la.html

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    2. No, Luis Ángel. El fujimorismo no es sinónimo de democracia ni mucho menos. Nadie lo ha insinuado en absoluto. Es simplemente el mal menor en comparación con otro partido cuyos líderes afirman con todo desparpajo que no creen en "pelotudeces democráticas" (Bermejo), que hay que cerrar el congreso para instalar por las buenas o por las malas una asamblea constituyente (Bermejo, Cerrón y Zaira Arias) y que "hay que llegar al poder para quedarse" (Cerrón y Bermejo), y que tienen íntimos lazos con el Movadef y con los cocaleros del VRAEM (como lo demuestran los vídeos de Bermejo y Castillo en los que se les ve mucho más cercanos de lo que había insinuado este último), que admiran la dictadura chavista (como lo demuestra la genuflexa y vergonzosa pleitesía de Cerrón, líder supremo del partido y jefe de Castillo, ante el sátrapa Maduro). Es decir, ese partido planea llegar al poder para hacer la revolución y perpetuarse (Cerrón, Bermejo y Antauro dixit), al estilo del castrismo, el chavismo y otras aberraciones.

      Claramente el fujimorismo, inclusive con todas sus barbaridades, es el mal menor frente a la hecatombe política, institucional y social que preanuncian con toda desvergüenza estos sujetos.

      Y ni qué decir del plano económico, en el cual el fujimorismo aspira a mantener el mismo modelo que, al preservar sanas las finanzas públicas e incentivar la inversión privada, permite llevar a cabo las numerosas obras de infraestructura de las cuales damos cuenta en este blog y que usted mira con entusiasmo. El estatismo y la aversión del partido de Cerrón hacia la iniciativa privada, en cambio, destrozará al Perú en ese aspecto, lo que se reflejará en un desastre como el que ya vivimos en los años 80 o el que actualmente padece Venezuela.

      Claramente el fujimorismo representa el mal menor frente a la amenaza de Cerrón, Bermejo, Castillo y demás personajes que de llegar al poder desgraciarían al país.

      Respetamos su punto de vista, pero no lo compartimos en absoluto. Y obviamente seguiremos diciendo en este blog lo que hemos venido diciendo desde el primer momento, no por algún interés electoral o partidario, sino porque se corresponde exactamente con lo que pensamos en los aspectos económico, político y social. No habrá desarrollo peruano posible si nuestro país se va al diablo en cualquiera de ellos.

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  2. Evo Morales es un impresentable perpetrador de todo tipo de maniobras ilegales para atornillarse al poder (por ejemplo cambiar a su antojo la ley electoral, tirar a la basura un referendum por el cual la población le negó la posibilidad de volver a postular e intentar un fraude en la última elección). Además es un obsecuente defensor de tiranos, como Chávez, Maduro, los Castro y Ortega.

    Leopoldo López, en cambio, además de ser un venezolano en todo el sentido de la palabra (es pueril su intento de descalificarlo en ese aspecto), es acérrimo enemigo de todos esos sujetos, y un férreo defensor del sistema democrático, tal como también lo son María Corina Machado y Juan Guaidó.

    No hay punto de comparación entre el autócrata Morales y el demócrata López. El Perú hizo muy bien al facilitar el ingreso del gran líder venezolano, le da la más cordial bienvenida y le agradece por sumarse a la lucha contra el intento de la extrema izquierda de tomar el poder en nuestro país para (obviamente) destrozarlo en todos los aspectos.

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