Siendo así, y dado que está próximo a iniciarse el gobierno del recién elegido presidente Donald Trump, es importante estar al tanto de las novedades que éste viene planteando.
Para ello, nada mejor que poner atención al video adjunto, en el que acaba de anunciar, hace muy pocas horas, las medidas que tomará en sus primeros cien días en el cargo. Como corresponde a este blog, sólo nos centraremos en las que tienen que ver con el tema económico.
En materia comercial, ha dicho que retirará a Estados Unidos del denominado Trans Pacific Partnership (TPP) o Acuerdo Trans Pacífico de Cooperación Económica, que iba camino a ser el más grande y profundo tratado de libre comercio del mundo. El anuncio constituye un giro de 180 grados en la política de dicho país, que había sido (ver aquí) uno de los más afanosos en ponerlo en marcha, y que ahora, debido al resultado electoral, decide abandonarlo. Además, implica un duro golpe para los otros once países que ya estaban en él (Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Chile y el Perú), que sólo esperaban su entrada en vigencia y que ahora se quedan sin el principal socio. Trump ha dicho que en su lugar negociará tratados bilaterales, que no se sabe si buscarán desvirtuar acuerdos como el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica) o el TLC firmado con el Perú.
El TPP, entusiastamente promovido por Obama. Ahora es despreciado por Trump.
En lo que respecta a regulaciones, ha anunciado un plan para reducirlas. Las demasiado antiguas serán eliminadas.
En el tema de inmigración, por su parte, ha manifestado que investigará los abusos cometidos en los programas de visas.
Como se constata, gran parte de lo anunciado se basa en el afán de promover el empleo en el país, que según su enfoque se ha visto afectado por una apertura comercial y estrategias empresariales que han debilitado las tradicionales industrias basadas en el país, como la de autos. Lamentablemente, eso le está llevando a incurrir en un proteccionismo nada saludable, desconociendo, por ejemplo en el caso del TPP y los otros tratados que podrían entrar a revisión, los evidentes beneficios generados por una economía abierta al mundo, que si bien puede dejar de lado diversas actividades productivas, incursiona en otras de mayor productividad y complejidad, que mantienen al país en la vanguardia tecnológica, y creciendo de manera nada desdeñable. Además, no puede obligar a retornar a empresas que decidieron instalarse en otros países por cuestión de costos y rentabilidad. Salvo que decida emplear incentivos tributarios y de otros tipos que terminen afectando las finanzas públicas.
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