martes, 9 de mayo de 2017

Siete Grandes de América Latina: Inflación Anual (a Abril del 2017)

Cumplido el primer tercio del año, Chile sigue encaramado como el país de menor inflación entre los siete con economías más grandes de América Latina.

Allí, la variación del índice de precios al consumidor fue de 0.24% en abril, con lo cual el dato anual llega a 2.65%, debajo de lo que constituye el centro de su rango meta, que va del 2% al 4%.

Nuestro país se ubica segundo, con una tasa anual aún lejana de la meta oficial, que más bien va del 1% al 3%. El dato mensual, que se había disparado en marzo como consecuencia de los desastres naturales que afectaron las carreteras y con ello el abastecimiento de alimentos y otros productos considerados en la canasta básica, felizmente retrocedió 0.26% en abril, contribuyendo a reducir el dato anual, de 3.97% a 3.69%.

Luego figura Brasil, con una evolución que lo ha llevado desde los últimos lugares de la tabla al tercero. Como producto de ello, su inflación de abril fue de sólo 0.14% y la anual decreció de 4.57% a 4.08%.

Colombia se sitúa en el cuarto lugar, exhibiendo una de las tasas mensuales más altas del mes, que ha elevado su dato anual a 4.66%.

Tras ella se observa a México, hasta hace pocos meses el segundo país menos inflacionario de este grupo, pero que ahora, a raíz del gasolinazo de inicios del año, muestra una cifra anual claramente por fuera de su rango meta de entre 2 y 4%. La noticia positiva es que en abril acaba de tener un número bastante moderado, de apenas 0.12%, que permite vislumbrar que en un plazo no demasiado largo la situación tenderá a la normalización.

Penúltima en la tabla, Argentina sigue mostrando datos bastante elevados, que revelan que su programa de estabilización aún está lejos de tener éxito. Como comprobación de ello está su significativa cifra de 2.63% en abril, que ya lleva la acumulada a 9.06% y la anual a 27.52%.

Y al final de la lista se tiene a Venezuela, cuyo dato anual, reflejando el colapso productivo y macroeconómico que allí impera, estaría, según el FMI, en algún punto entre la tasa de 274% estimada para el 2016 y la de 1,134% prevista para el presente año.

Nota: el texto y el cuadro de este artículo fueron modificados el día 10 de mayo, para incluir los datos de Brasil y Argentina, recién publicados por el IBGE y el INDEC, respectivamente.

5 comentarios:

  1. Mientras tu hablas casi con desden de ecuador y bolivia, y aplaudes el modelo rentista de vender piedras a precio webo...
    BYD la empresa mas grande del mundo, ojo del mundo que fabrica autos y buses electricos abre una planta de buses en ecuador, con capacidad para construir 300 buses anuales... que seguro elperu terminara comprando...
    Ojo BYD ya empezo plan piloto en Loja con taxis 100% electricos...
    Si Ecuador es una basura los chinos que son ya la primera economia del mudno son unos tontos que tiran su dinero al agua....
    https://cleantechnica.com/2017/05/10/byd-bus-factory-ecuador/

    El peru sigue vendiendo piedras del roque, mientras ecuador y bolivia buscan con fuerza industrializarse.. y ellos son el modelo equivocado, el tuyo que es el de chile de vender piedras por que chile no fabrica nada, cero nada de nada ni material belico... tu aplaudes y a eso le llamas desarrollo...

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    1. Decir que la política económica peruana ha producido mejores resultados que las de Ecuador y Bolivia no es desdeñar en absoluto a esos países, sino simplemente describir hechos.

      Y el Perú no vende simples piedras, ni las vende a precio de regalo. El boom de precios de la década anterior, que nos permitió crecer a tasas espectaculares, fue el más claro desmentido a ese disparate, propio de las teorías de la dependencia y del centro-periferia de la Cepal de las décadas del 60 y 70.

      El Perú vende metales que para su extracción y procesamiento requieren miles de millones de dólares de inversión extranjera, que provocan benéficos efectos en múltiples aspectos, como la recaudación fiscal, la acumulación de abundantes reservas, cuantiosos ingresos descentralizadores por concepto de canon y regalías, el fortalecimiento de la moneda, la construcción de infraestructura (ferroviaria, eléctrica y portuaria), las compras internas, la articulación con múltiples sectores productivos proveedores de insumos, la construcción, las ventas de acero y cemento, la posibilidad de trabajo a miles de ingenieros peruanos, etc. La trasnochada letanía acerca de "piedras vendidas a precio de regalo", o la de "sector de enclave sin articulación interna", o la pretensión de estigmatizar a través de frases efectistas como la de "piedras del roque", son sólo muestras de que la esclerotizada izquierda de los años 70 no evolucionó nada, y persiste con argumentación sin el menor sentido.

      Prueba de eso es que Canadá y Australia, dos de los países más ricos del mundo, también son entusiastas productores y exportadores mineros, en la misma forma que EEUU produce y exporta su shale gas y Rusia su gas natural. Chile, que según la necia óptica de la izquierda recalcitrante no produce nada, es el país latinoamericano más desarrollado. Eso se debe a que sí produce, y mucho, pero no de aquéllo que el simplismo identifica como indispensable, sino de lo que va de acuerdo con sus ventajas comparativas y competitivas, y al cambio tecnológico que se registra en el mundo. Tal como lo acaba de hacer Australia, al haber dejado de lado la producción automotriz, para entrar de lleno a la exportación de servicios, poniendo énfasis para ello en la mejora del nivel educativo y tecnológico de su población.

      En cuanto a la producción automotriz en Bolivia y Ecuador, lo más probable es que esas industrias instaladas por iniciativa gubernamental, seguramente con tratamientos preferenciales y con afán efectista, terminen perjudicando al consumidor, cuando el gobierno, ante la escasa competitividad de industrias instaladas en mercados sumamente pequeños y sin posibilidad de grandes economías de escalas, comience a levantar barreras arancelarias contra las competidoras de fuera.

      El Perú, así como Chile y Australia, debe mantenerse en su inteligente modelo de propiciar y apoyar únicamente inversiones de innegable rentabilidad, que no terminen afectando al consumidor ni a las finanzas públicas, tal como ya ocurrió hace varias décadas por el empecinamiento en instalar industrias pegadas con alfileres.

      Si alguna empresa privada extranjera decide instalarse aquí para abastecer nuestro mercado interno a la vez que exportar aprovechando nuestras reglas de juego claras, nuestra estabilidad macroeconómica y nuestros numerosos TLC, bienvenida será, siempre que su inversión no implique ninguna aspiración proteccionista ni de tratamientos preferenciales en ningún aspecto. Si eso no ocurre, habrá que seguir importando sin ningún problema, con la mira puesta en que el consumidor nacional reciba siempre el producto con la tecnología más avanzada y al precio más cómodo posible.

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    2. Las empresas no solo "deciden" instalarse en tu pais, tu las traes, tu las buscas, tu les bailas la danza de los 7 velos para que se asienten en tu suelo, sobre todo las de manufactura.
      Ecuador no tiene libre comercio con casi nadie, nosotros si, la produccion de este tipo de buses o autos electricos seria un golaso, para agarrar el mercado de america del sur, en tandem con Bolivia que saque baterias electricas.
      No te das cuenta que se viene? se viene full reciclaje de metales, el metal virgen ya no sera negocio, y menos el gas natural o la extraccion de petroleo.

      Sabias que Canada es el pais mas deforestador del mundo? Ya le gano a Indonesia y Brasil, y estan con un lio inmenso por sus BItuminosas, les cuesta carisimo sacar esa unidad de energia, ya no tiene sentido.
      Hay que saltarse la barda del desarrollo lineal que tu propones, la era del conocimiento esta aqui y los chinos la estan liderando, busca como sea crear un grupo que se meta de lleno a traer empresas chinas manufactureras que usen al Peru de hub para distribuir a todo america del sur... ecuador un enano nos gano la posta con el transporte del siglo 21, siglo 22... la electrificacion del transporte...
      Australia ya empezo su migracion a energias renovables, su dineral lo sacaba de vender carbon de piedra a china, pero ni australia ni china usaran carbon con fuerza como en el siglo 20...

      da el salto, libera tu mente, el desarrollo no es lineal, no tienes que pasar por las etapas de los gringos... acaso el peru tiene telefonos fijos al 100%? y en celulares ya estamos al 130% de penetracion, osea dimos el salto en una... a inalambrico, sin pasar por el desarrollo lineal de la telefonia del primer mundo... los usa no tienen ni 100%bde penetracion celular aun, recien el 2016 llegaron a alcanzar mayor penetracion celular que fija...

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    3. Las empresas que no se instalan por propia iniciativa en un país, y que sólo lo hacen porque uno le ofrece todo tipo de gollerías (como "la danza de los siete velos") no son novedad en nuestro país, ni en América Latina ni en ninguna parte. Por supuesto que se pueden instalar, pero no por generosidad ni un genuino interés por la rentabilidad per se del negocio, sino con la condición de que se les brinde subsidios de diversos tipos, tratos preferenciales y un mercado cautivo, que dificulte el ingreso de productos competidores. El Perú ya vivió esa experiencia "industrialista" (que llenó de distorsiones su economía y fue una de las causantes de la debacle posterior) en las décadas de 1970 y 1980. No hay diferencia en que se trate de autos tradicionales o de los novísimos autos eléctricos. Cuando el país no cumple las condiciones mínimas para desarrollar una industria competitiva, y tiene que apelar a múltiples muletas, el resultado final siempre es el apoyo estatal, para mantener industrias insostenibles, incapaces de competir y que perjudican a los consumidores. Ni Bolivia ni Ecuador ofrecen las condiciones para albergar una industria que en Sudamérica sin ninguna duda se asentará en Brasil y Argentina (países que ya tienen fuertes bases en la actividad y economías de escala) y en Norteamérica ya lo está haciendo en México, por obvias razones de competitividad y su TLC con EEUU. Ni Bolivia ni Ecuador, ni Chile ni el Perú, ni Venezuela ni Colombia ofrecen las condiciones para ello.

      Pero si una empresa privada decidiera por propia iniciativa instalarse en el Perú para aprovechar la claridad de sus reglas de juego, su estabilidad macro y sus numerosos TLC, bienvenida será, siempre que no exija ningún requisito que no esté al alcance de cualquier empresa de cualquier sector, ni que demande el menor subsidio o trato preferencial por parte del Estado. Pero si se pretende instalar una industria pegada con alfileres, con el exclusivo afán de alardear sobre la materia, la negativa debe ser rotunda.

      En cuanto al futuro de los metales, las masivas inversiones de las gigantes mineras en nuevos proyectos (o los nuevos desarrollos en shale gas) indica que el negocio del reciclaje como única fuente de insumos aún está a años luz de distancia. Ergo, los grandes proyectos mineros peruanos seguirán adelante, impulsando firmemente, con sus múltiples efectos colaterales positivos, el desarrollo del país.

      (Continúa)

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    4. (Continuación)
      En cuanto a Canadá, es un país que emplea intensivamente la madera para la construcción de casas, razón por la cual figura como gran usuario de sus bosques. Pero a la vez destaca como uno de los principales reforestadores del mundo, y como uno de los países ecológicamente más amigables. Ese país ecológicamente amigable desarrolla con intensidad, con entusiasmo y sin complejos una poderosa minería, tal como también lo hacen el Perú, Chile y Australia. No hay el menor problema en ello.

      Y en el asunto del salto tecnológico nacional, estará dado por la capacidad de responder inteligentemente ante las circunstancias. Así como el Perú llegó a la total cobertura telefónica a través de los celulares, saltándose el desarrollo de la telefonía fija, y sin tener que instalar una industria de aparatos, en las actuales circunstancias podrá pasar de frente a la tecnología del auto eléctrico, sin haber llegado a tener indicadores siquiera decentes en materia de densidad vehicular. Ello no ocurrirá porque el país decidió, contra viento y marea, instalar una industria automotriz de cuestionable competitividad, sino simple y llanamente porque mantuvo abierto su mercado y permitió que sus consumidores accedieran, sin el menor problema, a autos eléctricos de avanzada tecnología y precios razonables, provenientes de cualquier parte del mundo.

      Liberar la mente no consiste en pretender ser autosuficiente ni ultracontestatario porque sí, ni empecinarse en industrialismos mal entendidos (mucho menos copiando lo que hacen países de un desempeño económico inferior al peruano), sino en integrarse adecuadamente al mundo y aprovechar con inteligencia las oportunidades que este ofrece, en cualquier parte y en cualquier sector.

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