Con ello, nuestro país acumula un alza anual de apenas 1.62%, menor a la registrada un mes atrás, y que además se ubica muy cerca del límite inferior del rango meta del BCR, que va del 1% al 3%. En virtud de eso, la competitividad exportadora ante sus socios comerciales, tanto de la región como de otras partes del mundo, se mantiene firme.
En segundo lugar se ubica Chile, que también registra una tasa anual muy aceptable, y luego Colombia, que tras un largo período de turbulencia está retornando a uno de mucha mayor estabilidad.
Después figura Brasil, que con su tasa negativa de agosto ha continuado atenuando la anual, que ya es de un moderado 4.19%.
Un puesto más atrás, pero a considerable distancia en cuanto a número, se sitúa Argentina, con una cifra que, lejos de aquietarse, sigue creciendo, habiendo llegado a 3.89% en agosto, a 24.29% en lo que va del año y a 34.43% en los últimos doce meses, dejando claro que la situación es grave y requiere un ajuste ineludiblemente fuerte.
Y al final figura Venezuela, que en su panorama macroeconómico de nivel casi surrealista por lo catastrófico registró en agosto una estampida de precios que duplicó a la del mes anterior. Con ello, en los últimos doce meses alcanzó la aplastante cifra de 200 mil por ciento, encaminándose sin pausa a la cifra prevista por el FMI, de un millón por ciento. En ese país destrozado por la demagogia y la ignorancia económica la tasa diaria es de 4%, superior a la que los tres primeros países de esta tabla registran en todo un año.
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