domingo, 26 de julio de 2009

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Ahorro e Inversión 2008

La inversión es la base del crecimiento económico. Para que haya inversión, tiene que haber un monto ahorrado. El país que más ahorra, puede invertir más, y, por ende, tiene mayor capacidad para crecer.

El ahorro puede ser interno o externo. El interno es el que efectúan las personas naturales, las empresas o el Estado. El ahorro de este último se expresa a través de los superavits fiscales.

El ahorro externo complementa al interno, cuando éste no es suficiente para satisfacer los requerimientos de inversión. Es decir, permite cubrir la denominada brecha ahorro-inversión. Equivale al saldo en cuenta corriente, o sea, al saldo conjunto de las balanzas comercial, de servicios, de renta de factores y de transferencias corrientes.

Lógicamente, es deseable el mayor porcentaje posible de ahorro interno, pues ello permite invertir sin necesidad de depender en demasía del exterior. Un ejemplo al respecto son los países asiáticos, conocidos como muy ahorradores, pues en ellos este indicador puede llegar a porcentajes tan altos como el 40% del PBI. En China ha llegado a superar el 50%, con lo cual resulta casi lógico que las inversiones y el crecimiento sean tan altos.

En América Latina, en cambio, ambos montos son considerablemente más bajos. Sin embargo, han tenido una mejora sustancial respecto de décadas anteriores, en las cuales (especialmente por acción del Estado, que incurrió en colosales deficits fiscales) los niveles cayeron a niveles insostenibles, lo que obligó a recurrir masivamente al ahorro externo (deuda externa) para cubrir nuestras necesidades de inversión, con los resultados que conocemos.

Afortunadamente, hoy nuestras economías son mucho más responsables en materia presupuestal. Además, han generado un ambiente que propicia el ahorro privado (gracias a la reducción de la inflación y la consiguiente existencia de tasas de interés reales positivas), el ahorro empresarial y el ahorro público. Por otro lado, en algunos países operan las Administradoras de Fondos de Pensiones, que acumulan cuantiosos ahorros de largo plazo. Todo ello ha permitido disminuir considerablemente la dependencia de recursos externos.

Conozcamos ahora, con base en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2008-2009 de la CEPAL, los porcentajes de ambos indicadores, tanto la Inversión Bruta Interna (IBI) como el Ahorro Nacional, en los países de nuestra region. La diferencia entre ambos se cubre con ahorro externo.

El país con el más elevado porcentaje de inversión fue Honduras. Éste llegó a nada menos que 34.7% de su PBI. Dado que fue un nivel mucho mayor que el de su ahorro nacional, implicó que un porcentaje igualmente elevado (13.8%) fue cubierto por recursos de fuera.

El segundo en la lista fue Nicaragua. Este país también invirtió muchísimo en comparación con su producto, pero ahorró muy poco, lo que lo hizo depender extremadamente del ahorro externo. El tercer país, Panamá, invirtió 30.9% y ahorró 18.8%, mostrando también una fuerte dependencia externa.

El Perú, en cambio, invirtió un monto bastante significativo (26.6%), y a la vez tuvo un nivel de ahorro interno (23.3%) que cubrió la mayor parte de sus necesidades. Así, la brecha ahorro-inversión llegó a 3.3%. Cabe señalar que entre el 2004 y el 2007 nuestro país tuvo saldos en cuenta corriente equilibrados o positivos, reflejando el hecho de que su ahorro interno permitía satisfacer sus requerimientos de inversión.

En México, la brecha ahorro-inversión fue de 1.5%, en Chile de 2% y en Brasil de 1.8%.

En Ecuador y Argentina, por su parte, el nivel de ahorro interno fue superior al de inversión bruta interna, mostrando que ambos países financiaron con sus propios recursos sus inversiones.
El caso de Venezuela es muy significativo. Este país exhibió el mayor porcentaje de ahorro interno de todo América Latina (37% del PBI), pese a lo cual su nivel de inversión no fue demasiado alto (24.5%). Eso significa que, gracias al altísimo precio del petróleo, Venezuela, lejos de captar financiamiento externo, financió al exterior, lo cual se reflejó en una cuenta corriente tremendamente positiva, que alcanzó el 12.5% del PBI. Un caso muy parecido se dio en Bolivia, que también tuvo un nivel de ahorro muy superior al de inversión, y que, por lo tanto, registró un fuerte superavit en cuenta corriente (12.1%).

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