Lo hizo a través de una emisión de bonos soberanos por US$ 1,250 millones, con la finalidad de prefinanciar el presupuesto público del próximo año. Los títulos, emitidos bajo la denominación Bono Global 2027, tienen un plazo bastante largo (doce años), por lo que recién vencerán en agosto del año 2027.
Según la adjunta Nota de Prensa del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la demanda por ellos fue tan masiva que superó los US$ 5,400 millones, más de cuatro veces lo requerido por nuestro país.
Eso permitió obtener inmejorables condiciones financieras, entre ellas la menor tasa cupón histórica, de 4.125%, una tasa de rendimiento de 4.15% y un precio de 99.766%. Además, demostró la importancia de tener una calificación crediticia elevada, con grado de inversión por parte de las tres principales agencias.
Como se puede ver en el cuadro que sigue, la referida colocación es la segunda que realiza nuestro país en el presente año, pues en marzo efectuó la primera, con la reapertura del papel a 40 años de plazo denominado Bono Perú 2050 (emitido el año 2010), que le permitió captar US$ 545.4 millones, con una tasa de colocación de 4.7280% y una tasa cupón de 6.6250%.
Allí también se observa el declinante nivel de las tasas de interés que nuestro país ha ido obteniendo en sus sucesivas incursiones en el mercado de deuda, lo que refleja la creciente confianza que se le otorga a su manejo económico. Ello ha ocurrido pese a que el contexto global no es el más idóneo, pues la recuperación de las grandes economías aún es lenta, muchas economías emergentes se hallan debilitadas, subsiste una gran incertidumbre en los mercados financieros y, por si fuera poco, se habla de problemas en la economía china, la segunda más grande del mundo. Todo ello ha generado un ambiente en el que los créditos e inversiones se han vuelto más cautelosos y selectivos.
Pero también había que tener en cuenta que Estados Unidos prevé incrementar en algún momento su tasa de interés, lo que de ocurrir elevará el costo del crédito a nivel internacional. Así las cosas, el Perú ha hecho bien en asegurarse un recurso que le servirá muy bien para cuadrar sus finanzas públicas, en momentos que la recaudación ha disminuido debido a la desaceleración económica y la caída de las exportaciones.
La exitosa emisión también ha servido para que nuestro país tenga un dato adicional en su curva de rendimiento de bonos, en este caso para una emisión en dólares y a doce años. Eso les permitirá al gobierno y a las empresas tener un mejor marco de referencia (benchmark) acerca del costo del financiamiento, la probable evolución futura de las tasas de interés y los rendimientos que se debería considerar en las inversiones.
Es decir, con el financiamiento obtenido, el país obtiene un mayor colchón financiero para llevar a cabo su manejo fiscal del próximo año (sin que ello le afecte mayormente, pues el plazo de repago es largo) y las empresas toman nota de que, pese a las restricciones externas, es posible obtener financiamiento externo en condiciones atractivas.
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